Mientras el presidente Leonel Fernández apura a senadores y diputados del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), para que aprueben el paquete de medidas impositivas sometidas al Congreso Nacional, con el criterio de lograr que se reduzca el déficit fiscal del Gobierno, en cualquier sitio del país el tema es pan caliente de mayorías.
Y serán muy “explicativas y pedagógicas” las palabras del mandatario, pero los sectores afectados por este paquetazo fiscal, sobre todo ese Juan pueblo que todos enarbolan como justificación y quien menos recibe, no puede entender que exagerados gastos del Gobierno y la incompetencia para detener excesivos actos corruptos se viertan ahora sobre sus puntos más vulnerables, con la justificación de que todo esto implica mantener la estabilidad económica”, e impedir que el valor de la moneda y la inflación se disparen, “que es la preocupación del actual gobierno».
El caso es que, por un lado, los partidos contendientes capitalizan el tema del Fondo Monetario Internacional para sus quehaceres políticos. Los Bancos, entonces, aprietan más ante los gravámenes. El FMI “envuelve más y más” y señala con dedo directo al Gobierno en el acto de forzar a la población que, desde el escalón más ínfimo, se pregunta dónde más le van a exprimir…
Los legisladores discuten bajo el tema de: «Situación y Perspectivas Fiscal en la República Dominicana». Figuras del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), han dicho: «Ya está bueno de paquetazos, cuando lo que debe hacerse es revisar leyes por leyes separadamente»; en tanto que el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), rechaza «categóricamente» el paquete fiscal del gobierno.
La tarifa eléctrica, el aumento de los precios de los combustibles y de la canasta básica familiar, unido todo esto a las excesivas cargas impositivas recuerdan esa frase de: “la economía dominicana marcha bien”… y ”e´palante que vamos…” La sátira se empeña en cuestionar esa reducción de gastos sociales, mientras se mantienen préstamos millonarios a mega obras y quienes deben hablar de austeridad y racionalización miran hacia otro lado, indecorosamente.