Para la gran mayoría de la población que ha dado seguimiento al paro que desde varios días realizan los médicos, enfermeras y parte del personal administrativo del hospital doctor Francisco Moscoso Puello, parecería que el problema es por la alimentación; sin embargo, las dificultades van más allá que un problema gastronómico.
La falta de utensilios y materiales gastables para atender a los cientos de pacientes pobres que utilizan los servicios de ese centro de salud estatal, ha provocado la rebeldía de quienes demandan que esa situación no prevalezca allí.
Según los galenos, a pesar que hace más de seis meses de inaugurarse tres salas de quirófanos del centro de salud, las mismas secuestran sin utilizar por la falta de mangueras para los sueros, sal para la máquina de anestesia, mareómetro de oxigeno y camillas para intervenir a los pacientes.
Otras de las dificultades que ha provocado la “rebelión” contra el director del hospital, Roberto Lafontaine, hasta el punto de solicitar su cancelación, es la falta de pinzas, ya que no sirven las existentes. El deterioro de las antiguas salas de quirófanos, la falta de máquinas de anestesias, la falta bandejas de cirugías, aspiradoras y materiales gastables, son otros males.
Miriam Féliz, secretaria de uno de los gremios que agrupa a las enfermeras, informó a DominicanosHoy.com que todos los males que afectan las labores del personal médico y de las enfermeras han sido notificados al director del hospital por todas la vías; pero los reclamantes entienden que el doctor Lafontaine sufre de amnesia y nunca se acuerda de las demandas.
Pero mientras los médicos, las enfermeras y parte del personal administrativo del Moscoso Puello y el Ministerio de Salud Pública no lleguen a un acuerdo para salir del impasse, los cientos de pacientes que visitan a diario el centro de salud, siguen inmersos en sus calamidades.
Uno de las decenas de casos conmovedores que diariamente se presentan en el hospital Moscoso Puello la presencio el equipo de DominicasHoy.com el pasado miércoles, cuando la pareja de esposo Darling Espinal y Jennifer González pasaron por horas difíciles en espera de una autorización del plan social del centro de salud para su traslado al hospital traumatológico doctor Darío Contreras.
La joven Jennifer González permaneció alrededor de cuatro horas acostada en cinco sillas de la sala de consulta a la espera de que la orden de traslado fuera aprobada por la administración del hospital. La mujer tiene las dos piernas enyesadas.
