Usuarios de drogas, «olvidados» del éxito de India contra el VIH

NUEVA DELHI.- Aslam comenzó a fumar marihuana a los 10 años inducido por amigos. Enseguida avanzó con otras drogas, sobre todo heroína, y empezó a robar teléfonos celulares y a arrebatarles collares de oro a las mujeres para poder pagar su adicción.

«Apenas la probé, me gusto. Percibí tranquilidad a mi alrededor», recordó Aslam, que ahora tiene 17 años, sobre el inicio de su adicción, la presión de los pares y la amenaza del VIH.

«Sí, tengo miedo, pero bajo el efecto de las drogas, no se siente nada. Cuando no tenemos dinero, nos prestamos la jeringa y nos inyectamos», dijo el joven.

Mientras India aplaude la disminución de las infecciones nuevas con VIH en la última década, los profesionales de la salud se preocupan por el aumento de consumidores jóvenes de drogas que quedan fuera de las estrategias para controlar la diseminación del VIH, el virus que causa el sida.

Con 2,3 millones de casos de sida informados, India, como Africa subsahariana, está en la primera línea en la batalla contra el virus mortal.

Un informe de ONUSIDA por los 30 años del descubrimiento de la enfermedad aseguró que la tasa de nuevas infecciones en India disminuyó un 50 por ciento en el período 2001-2009; mientras que la tasa global se redujo un 25 por ciento.

Pero activistas y otros grupos advierten que cada vez más niños y adolescentes adictos a las drogas inyectables están quedando fuera de esa batalla.

«A menudo, las familias los excluyen y viven en las calles sin medios para subsistir ni dinero», dijo Charles Gilks, coordinador de ONUSIDA para India.

«A veces se prostituyen o cometen delitos menores para conseguir dinero suficiente para sostener la adicción», añadió.

Más del 15 por ciento de los 200.000 consumidores de drogas inyectables (CDI) de India son VIH-positivo, comparado con el 10 por ciento promedio mundial, aseguran expertos en sida. En algunos sitios, los casos VIH-positivo en los CDI llegan al 50 por ciento.

En esa población, los jóvenes están especialmente en riesgo por varios motivos, desde económicos para sobrellevar la pobreza hasta sociales, que impiden abordar temas difíciles como la sexualidad.

DESAFIOS Y TRANSICIONES

«Uno de los desafíos clave para la población adolescente de India, que es una enorme cantidad de personas, es proporcionarle habilidades que los ayuden a crecer; y una de las transiciones más importantes que enfrenta un niño es a la vida sexual», dijo Gilks.

«Por ahora, es todo un desafío porque existen puntos de vista muy fuertes de distintas comunidades religiosas sobre qué debe incluir la educación en esas habilidades, que antes llamábamos educación sexual», agregó el experto.

Los datos mundiales demuestran que el acceso al tratamiento es más bajo en los niños que en los adultos: en el 2009 recibió tratamiento antiviral sólo el 28 por ciento de los niños que lo necesitaba, comparado con el 36 por ciento de la población de todas las edades.

Pero a fines del 2010 había por lo menos 420.000 niños bajo tratamiento antirretroviral, un 50 por ciento más que en el 2008.

Rajesh Kumar, fundador del primer centro de India para la rehabilitación de jóvenes detenidos en una cárcel de Delhi, dijo que la situación demuestra que los jóvenes son extremadamente vulnerables al VIH.

«Es el grupo que más atención especial necesita porque no está consciente del problema. Ignoran el VIH y la relación entre el consumo de drogas y el virus», explicó.

Kumar agregó que los problemas legales para realizarles test de VIH a los niños sin autorización de los padres hicieron que muchos jóvenes alejados de sus familias y portadores del virus pasaran desapercibidos y lo diseminaran.

Con una combinación de asesoramiento psicológico, meditación y educación, el centro apunta a volver a integrar a esos jóvenes a la sociedad.

Aslam, que es VIH-negativo, abandonó las drogas y trabaja como un educador de pares en el centro. Espera poder ayudar a los jóvenes a evitar el destino de Ashok, de 36 años, que asegura que las drogas le arrebataron todo lo que alguna vez tuvo.

«Lentamente, comencé a consumir heroína y, en ese momento, perdí todo», recordó Ashok, mientras se inyectaba una nueva dosis. «No gané nada desde que empecé a usar las drogas. Perdí trabajos (…) todo», agregó.

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