Daniel Toribio, ministro de Hacienda en el país, considera que hay dos Américas: una que se beneficia con la crisis que se vive en el mundo y otra que la sufre. De ahí que las penalidades sean según lo que cada quien siente. Pero, en el caso de República Dominicana, aun cuando el funcionario considere que la responsabilidad de garantizar la estabilidad macroeconómica del país sea por medio de esta trágica palabra llamada “impuestos”, lo cierto es que la manera de “imponerlos” dista de la manera en que se quiere hacer creer que sea en bien de la nación y por el bien de todos.
También ha opinado Toribio, tal y como publica el colega Freddy Matos, que en el país “todo el mundo quiere jugar fútbol o patear los impuestos, o lo que es lo mismo: nadie quiere pagarlos”.
Muchas discusiones se suscitan en estos días por las consecuencias que traerá la aprobación del “paquetazo fiscal” y aunque la Asociación de Banco Comerciales de la República Dominicana (ABA), y la Comisión de Finanzas del Senado de la República discutan el proyecto e intenten hallar una salida menos perjudicial para los clientes bancarios, tal y como apunta el presidente de la ABA, José Manuel López Valdés, la realidad es que, directamente proporcional a la afectación que recibirán las personas, “esto se traducirá a la economía”, indudablemente.
Los legisladores intentan “buscar ideas claras de las discusiones”, para entregar al Congreso un informe “lo más completo posible”. Pero, mientras industriales, el sector inmobiliario, de telecable, las bancas de lotería y las zonas francas, entre otras, llaman a contar con alternativas “menos gravosas”, voces de la oposición opinan que de ser aprobado el paquete fiscal, ese dinero será empleado en campañas políticas, por lo tanto, lo valoran como un despropósito. El presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado, por ejemplo, aseguró que esto afectaría más aún la calidad de vida del pueblo dominicano.
En tanto que los reformistas afirman que los resultados entorpecen el dinamismo económico y en definitiva todo concluye con un mayor endeudamiento.
Difícil y polémica situación está que enfrentan, no ya quienes desde determinados puestos mantienen un margen tangible entre el deterioro de la economía y su calidad de vida y la de sus familiares, sino de aquellos a quienes las justificaciones que se erigen sólo vienen a colmar el vaso de las necesidades, cada vez más llenos…desbordantes.