La República Dominicana diversifica los caminos del turismo y el país se ha convertido en destino recomendado. Un ejemplo loable es que el Aeropuerto Internacional Punta Cana se ha consolidado como la principal terminal aeroportuaria, luego de recibir en los primeros cinco meses del año 1,055,874 pasajeros de los 2.1 millones que han arribado en ese período.
La encargada de Información para usuarios con discapacidad de los Servicios Centrales de Biblioteca en la Universidad Complutense de Madrid, Isabel Gutiérrez Sánchez, se ha referido al afán del ser humano por conocer el mundo, que “ha provocado un incremento exponencial del turismo y los viajes en todo el planeta. El resultado:
disfrutamos más, conocemos más, experimentamos más, pero también contaminamos más. La emisión de CO2 y gases contaminantes aumenta…”.
Gutiérrez Sánchez reflexiona sobre el impacto en el medio ambiente del incremento del turismo; pero, a su vez plantea alternativas que ayudan a viajar con precauciones en tal sentido.
Las cifras señalan que en 2010 se registraron 935 millones de llegadas turísticas internacionales en todo el mundo, según la Organización Mundial del Turismo (OMT) un 6,7 por ciento más que el año anterior.
La pregunta de Isabel Gutiérrez es muy válida para República Dominicana: “¿Podemos cuidar el entorno sin renunciar al placer de viajar? El denominado turismo ecológico, creado desde 2003, “a partir de una iniciativa común de la asociación de agencias de viaje alemanas y la organización medioambiental Germanwatch” implica el fomento de esta responsabilidad, que comienza desde las aerolíneas que deben contaminar menos.
Los empeños por desarrollar “proyectos acreditados de fomento de energías renovables, como la solar, hidráulica, eólica o biomasa, así como de ahorro energético”, resultan aún insuficientes. No obstante, el turismo más verde y más azul, en el caso del mar, pueden llevarse a cabo en esta nación, donde los amantes de la naturaleza encuentran bellezas sin par. A ello pueden sumarse actividades culturales, gastronómico y todo cuanto haga posible que el turismo ecológico en el país puede desarrollarse sin preámbulos.
Queremos crecer y el turismo es una vía insustituible, pero todo esto debe llevarse a cabo con inteligencia, control y sobre todo con el cuidado que merece y pide a gritos el medio ambiente.
