El 12 de octubre del 1976, el Presidente de la República doctor Joaquín Balaguer, mediante el Decreto número 2429, instituyó a Casa Abierta. Desde entonces, Casa Abierta funciona bajo la rectoría del Arzobispado de Santo Domingo y la Fundación Pablo VI.
Esta dependencia, auspiciada por el obispo Hugo Eduardo Polanco Brito, designó al entonces sacerdote jesuita José R. Cruz como director ejecutivo. En esta labor de orientación y de prevención contra el uso indebido de drogas narcóticas, el obispo Polanco Brito estuvo acompañado del P. doctor Príamo Tejada, el R.P. Nelson García, S.J., rector del colegio Loyola, R. P. Francisco Pérez Lerena, S.J., y el representante de los Hermanos de La Salle, Reverendo Hermano Evaristo Suárez y el doctor José Garrido, representante de la Fundación Pablo VI.
El Arzobispado Metropolitano de Santo Domingo está ligado a la Fundación Pablo VI, destacándose en la labor de respaldo a Casa Abierta El Cardenal Octavio A. Beras, el arzobispo Hugo Eduardo Polanco Brito, Monseñor Príamo Tejada, Monseñor Juan Félix Pepèn, Monseñor Francisco Ozoria y Monseñor José Grullón Estrella.
Estos distinguidos prelados escogieron a la Junta de Directores, encabezada por el R.P. domingo Legua, representante del Arzobispado, R. P. Nelson García, S.J, licenciado Salvador Estepan Abreu, R.P., José Somoza, S.J., y el doctor José R. Cruz.
En una carta dirigida al Presidente de la República, doctor Leonel Fernández Reyna, el Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez expresa: “con gran sobresalto que ha llegado a ese Arzobispado la noticia de que Casa abierta Santo Domingo, Inc., ( Fundación Pablo VI ) ha sido separada de forma engañosa e ilegal de este Arzobispado. Dos miembros de su Junta Directiva se constituyeron ilegalmente en Junta de Directores sin tener los tres miembros mínimos necesarios según los Estatutos para alcanzar el quórum requerido. Esta junta, así de ilegal, cambió el nombre de la Institución, también, ilegalmente añadió tres miembros más a la Junta de Directores; y finalmente cambió los Estatutos Generales de Casa Abierta Santo Domingo, Inc., ( Fundación Pablo VI ), intentando de ese modo, sin éxito, separarla de su vínculo legal y de origen con este Arzobispado”.
Apelando al presidente Fernández Reyna, el Cardenal López Rodríguez expresa en la misiva: “solicito, pues a usted, Señor Presidente, su mediación para que Casa Abierta Santo Domingo Inc., ( Fundación Pablo VI ) sea devuelta a su legítima Junta de Directores. El doctor Radhamés Jiménez Peña, Procurador General de la República, ha sido informado de estas irregularidades, y esperamos que este caso pueda ser resuelto en la mayor brevedad, contando con su mediación y cuidado.
Afectísimo en el Señor.
Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo Primado de América”.
Ciertamente, como dice el cardenal López Rodríguez, Casa Abierta es de la iglesia católica, y en este momento está secuestrada por Radhamés de la Rosa Hidalgo, que funge como Director Ejecutivo, acompañado por el doctor Francisco Trinidad Francisco.
Radhamés, por encima de la Fundación Pablo VI, la Junta de Directores y el Arzobispado de Santo Domingo, se ha constituido en dueño y señor de Casa Abierta.
Los Estatutos Generales de Casa Abierta en los artículos 20 y 24 establecen que “los miembros de la Junta de Directores forman parte de dicho organismo indefinidamente”.
Esto está bien claro y la iglesia tiene todo el derecho de reclamar que se respete la legítima autoridad de Casa Abierta, que es el resultado de un trabajo incasable de sus fundadores José R. Cruz, Salvador Estepan Abreu, Salvador Pérez Núñez, el actor venezolano Rómulo Rivas, Joselin de los Santos, Marcos Aurelio Juliao, Niurka Nanum, Daysi Bastardo, quien escribe y otros que lo dieron todo por esta institución.
La Casa Abierta de la iglesia católica se ganó un espacio en la sociedad y su imagen poco a poco fue disminuyendo por el egoísmo y la incapacidad de dirección de quien se cree heredero de su tradición, el nuevo César Radhamés de la Rosa Hidalgo, quien debería, si es que tiene dignidad, entregar a Casa Abierta al Arzobispado de Santo Domingo y la Fundación Pablo VI. Eso sí, mediante una auditoría y las cuentas bien claras.
Que se entregue a la iglesia católica a Casa Abierta, para que siga abierta orientando a la juventud, para que no caiga en el vicio de las drogas narcóticas, y más que eso, batallando por una sociedad mejor.