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El valor de Hanley va en picada en GL

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Hanley Ramírez tuvo su mejor juego del año, dijo Jack McKeon, y tal vez los pasados días le traerán cosas buenas al estelar campocorto.

Otros miembros de la organización de los Marlins creen que el carácter de McKeon será perfecto para trabajar con Ramírez, y hay algo de paternal en la manera en que McKeon se ha comportado hasta el momento, al ponerlo en el banco inmediatamente por llegar tarde a la primera reunión de McKeon y luego hablar con creces de los bien que podría jugar Ramírez. Túmbalo, levántalo, directo del libro de Papá.

Y hace falta un cambio, de seguro, porque las acciones de Ramírez han recaído mucho en el deporte, hasta los bjaos niveles de Enron.

Ha tenido estadísticas impresionantes en el pasado y debido a eso sus transgresiones han sido mayormente perdonadas — como fue el caso de Manny Ramírez — y existe la percepción en la organización de Florida de que Hanley no ha sido confrontado por lo mucho que lo aprecia el dueño Jeffrey Loria. La regla suprema en la franquicia de los Marlins: No es inteligente disciplinar al jugador favorito del jefe.

Pero su desempeño ha sido tan malo este año que hay una reevaluación en proceso sobre qué representa Ramírez y qué hará en los años próximos, y algunos ejecutivos rivales dicen en privado que el valor especulativo de Ramírez se ha estrellado.

Aun si los Marlins evalúan que el comportamiento de Ramírez es inaceptable para ellos y deciden cambiarlo, dijo un gerente veterano, sería difícil para Florida recibir mucho a cambio. «¿A él se le deben, qué, unos US$60 millones en su contrato?», dijo el ejecutivo. «Yo no sé si hay algún equipo dispuesto a darle un par de prospectos a cambio de eso, considerando las dudas que hay sobre él».

Ramírez se ganará US$11 millones este año, US$15 millones en 2012, US$15,5 millones en 2013 y US$16 millones en 2014. Pero sus estadísticas son simplemente feas:

Promedio: .209
Embasamiento: .304
Slugging: 301.
Promedio vs. lanzadores derechos: .179.

Muchos evaluadores rivales no ven sus números recientes como una mera mala racha. Al contrario, lo ven como un aumento en las fallas de Ramírez por no hacer ajustes — y ante todo, con su cuerpo.

«Se ha puesto un poco gordito», dijo un cazatalentos. «Él nunca ha sido un gran campocorto, y ahora es un poco más lento en el terreno y es un poco más lento en las bases. Yo no pensé que era un campocorto que pudiera jugar para un equipo ganador el año pasado, y este año es peor».

«Él tiene que bajar de peso, o tiene que mudarse de posición. Cuando llegó a las mayores, yo creo que la percepción fue que eventualmente, al envejecer y cambiar su cuerpo, él podría verse obligado a cambiar de posición y mudarse a tercera o a los jardines. Pero engordó mucho más este año, y si no cambia su cuerpo, se tiene que mudar más temprano que tarde».

Los evaluadores piensan que el peso extra ha afectado a Ramírez en el plato también. «Él siempre ha sido un bateador al que le puedes lanzar», dijo un cazatalentos. «No es un bateador puro. Pero ahora más todavía. Tú puedes abarcarlo con rectas adentro, y se le hace difícil trabajar con eso. Ha bloqueado su propio paso».

Las dudas sobre su desempeño son compuestas, por supuesto, por las interrogantes sobre su carácter. «Si él estuviera jugando mejor», dijo el cazatalentos, «yo comoquiera no se lo recomendaría a ningún equipo. Su peor problema es la cabeza. Yo no quiero tener un camerino de 24 jugadores más uno. Yo no lo quiero en mi equipo».

«Si fuera a ser cambiado, tiene que ser cambiado a un camerino muy fuerte, donde un jugador mayor puede confrontarlo y decirle las porquerías que hace. Pero basado en lo que he visto, no estoy seguro de que eso pueda hacer la diferencia».

Algunos amigos de Ramírez dicen que él es sensible a las críticas, y que responderá. Más allá de si los Marlins retienen a Ramírez durante toda su carrera o si lo cambian, ellos necesitan que al cariño de mano dura de McKeon se traduzca en un mejor comportamiento. Ellos necesitan que Ramírez escuche sus palabras y las pueda absorber, y adaptar. Ellos necesitan que Ramírez cambie, porque su camino actual en el béisbol lo lleva por un sendero de remordimientos, hacia un gran vertedero de talento y dinero.

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