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“ADHILAC: donde el corazón sigue latiendo del lado izquierdo”

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Durante los días 14 al 17 de junio, Santo Domingo fue sede del X Congreso Internacional de la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC). Sergio Guerra Vilaboy, presidente de dicha organización, catedrático de Historia de América Latina, jefe del Departamento de Historia y presidente de la Cátedra Eloy Alfaro de la Universidad de La Habana, accedió a conversar con el equipo de DominicanosHoy, pese a las múltiples actividades que le mantenían enfrascado en el desarrollo del trascendental evento.
 
-Doctor, ¿en qué momento se encuentra la América Latina en su desarrollo histórico?
“América Latina atraviesa por una etapa de su historia en la que se destacan una serie de cambios en distintos países. Venezuela abrió el siglo XXI con el proceso de Hugo Chávez; Brasil, tras el gobierno de Lula, se presenta como una verdadera potencia mundial, seguido ahora por la nueva presidenta Dilma Rouseff. Es el caso también de Bolivia, con Evo Morales; Ecuador, con Rafael Correa; Paraguay, con un antiguo obispo, Fernando Lugo Méndez…O sea, las condiciones son muy diferentes, muchas de ellas se auto declaran como revoluciones y eso entronca con lo que se ha debatido en este Congreso.
 
“Aunque no teníamos como punto de mira el siglo XXI, que trataremos en un próximo encuentro internacional en 2012, sobre historia inmediata y que abordará los acontecimientos en dicho período; de todos modos la definición de las revoluciones desde el punto de vista conceptual y los convulsos procesos que sacudieron a la América Latina durante el siglo XX, sirven para reflexionar sobre la situación actual”.
 
-¿En particular, cómo ve en este sentido a República Dominicana?
“Una de las características que hemos notado en este X Congreso Internacional es la presencia de docentes y estudiantes dominicanos que son de nuevas generaciones. No es que no estén aquí las figuras más importantes: por ejemplo, tenemos con esa valiosa figura que es Emilio Cordero Michel, a quien le otorgamos la condición de Miembro de Honor de la ADHILAC, por considerarlo una gloria, no sólo de la historia e historiografía de República Dominicana, sino de todo el continente. Pero, no hay duda que se siente una presencia muy importante de profesores e historiadores jóvenes, a quienes no se les ha visto habitualmente en los foros académicos del país. Eso demuestra que se va adquiriendo una nueva dimensión de los estudios historiográficos en la nación dominicana, en mi opinión”.
 
-La enseñanza de la historia y su importancia no se tienen en cuenta en todos los países de la región ¿qué papel desarrolla la ADHILAC en este sentido?
“La ADHILAC surgió en 1974, en México, en momentos en los cuales existían dictaduras en el continente: la de Pinochet en Chile; la de Argentina, Bolivia, Brasil. Ni hablar de las que imperaban en Centro América. Eso motivó que en México se refugiaran muchos cientistas sociales, historiadores, sociólogos.
 
“Ese año 1974, dentro de toda una mística de integración latinoamericana se decidió crear una organización que impulsara el rescate de la historia de nuestros pueblos desde una perspectiva de integración y con un sentido antimperialista. Fue entonces que nació ADHILAC y hasta la fecha hemos desarrollado 10 Congresos, agrupando docentes, historiadores e impulsando los estudios de la investigación histórica.
 
“Es una tradición que ADHILAC conserva desde su fundación y la mantiene hasta nuestros días. Una asociación donde el corazón de los historiadores sigue latiendo del lado izquierdo”.
 
-Usted recibió el Premio Extraordinario por el Bicentenario de la Emancipación Hispanoamericana, otorgado por Casa de Las Américas en 2010…
“Sí, el libro titulado Jugar con fuego. Guerra social y utopía en la independencia de América Latina fue premio extraordinario en Casa de las Américas, 2010. Aborda el bicentenario de la independencia latinoamericana e integra todo el proceso continental visto desde la historia comparada. Evalúa desde la Revolución haitiana hasta la muerte de Bolívar; incluye, además, los acontecimientos cubanos e intenta rescatar la presencia de Cuba en la causa liberadora continental. Se tiene la idea falsa de que la Mayor de las Antillas no tuvo nada que ver con cuánto ocurría en el continente y eso no es cierto, pues estuvo y está junto a todos los países latinoamericanos e hispanoamericanos en general. Esta investigación incluye sus peculiaridades insertadas en ese todo”.
 
-En esta cita en República Dominicana, ¿cuánto considera que se ha avanzado, o no, en los estudios historiográficos?
“Entre los cien ponentes e inscritos en general, contamos con alrededor de 300 personas participantes en este X Congreso Internacional de la ADHILAC. Esto dice bastante porque, además, el debate ha resultado enriquecedor en las diferentes mesas y paneles, aun cuando fueran temas muy teóricos de la historia referidos, por ejemplo, al concepto de las revoluciones, lo cual refleja el alto nivel que tiene la historiografía latinoamericana. Pienso que hemos avanzado muchísimo. Estamos muy satisfechos con los resultados. Han sido intensos, de mucho trabajo”.
 
-¿Cuán lejos queda la propuesta del llamado “fin de la historia”?
“Precisamente, cuando comenzamos a preparar este congreso y mientras se mencionaba el título de las revoluciones, muchos planteaban que no era ya un tema actual, sino del pasado. El fin de la historia, justamente, esbozaba que ya no existían. Pero, nos lanzamos en esta cruzada porque estábamos convencidos como historiadores de que las revoluciones estallan cuando menos se piensa: cuando hay problemas no resueltos y postergados, ellas surgen. Tampoco hace falta que haya un Congreso para demostrarlo. Sólo con leer los periódicos cada día vemos, por ejemplo, lo que ocurre en el medio oriente…Sí, el tema de las revoluciones está cada día presente.”
 
– ¿Propósitos inmediatos de la ADHILAC…?
“Muchas cosas, sobre todo consolidar esta asociación que, aunque ha avanzado y logrado presencia, creo que todavía puede crecer más. Aquí, en República Dominicana, no hemos podido constituir una sesión de base. La más fuerte es la cubana, algunas han desaparecido, como la de México, que era la más dinámica y aunque existen grupos, no están asociados nacionalmente. El sueño mayor sería alcanzar una nueva etapa de desarrollo con sesiones nacionales fortalecidas”.
 
-En República Dominicana, ¿será inmediato este fortalecimiento y la creación de una asociación de base de ADHILAC?
“No, no lo creo, esto tiene que nacer desde adentro para que existan bases firmes y aunque aboguemos por eso y le demos apoyo, ello responde a circunstancias nacionales”.
 
-¿Está optimista, no obstante, porque tenga lugar esta organización de los historiadores dominicanos?
“Me gustaría mucho que eso sucediera y que fuera lo más pronto posible”.
 
-A mí también. Gracias doctor Sergio Guerra, por sus palabras y sus enseñanzas.

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