Muchos estamos empoderados y conscientes de que el empleado vivo más viejo del país es don Aquino Herasme Matos, a quien se le ha hecho súper difícil lograr una pensión digna, por vivir en un estado A.M (de Allante y Movimiento) promovedor de mendicidad, hambre, miserias, mentiras y atrasos.
El Poder Ejecutivo, como primer sostenedor de nuestro Estado, dirige un gobierno de corte carabelita, el cual no responde a las expectativas de progreso y desarrollo, socializado por nuestros mandatarios fuera de nuestro territorio.
Traemos esto a colación, porque los principales medios de comunicación impresos y digitales del país han expresado de manera abierta su solidaridad con don Aquino Herasme Matos, una persona que prestigia nuestra tierra, un noble ser humano que entregó su sangre, su juventud y toda su vida al servicio de la nación, quien no ha tenido la “suerte” de otros, de recibir el pago que merece por sus años de servidor público.
Don Aquino Herasme, nacido en el 1920, en un pueblito llamado Villa Jaragua, de la frontera del sur hambriento, con 91 años en su languidecido cuerpo, trabajó por espacio de 68 años; pero ahora, al acostarse la paloma, nadie en el gobierno dice nada, mientras que algunos juegan a la decisión del Presidente de la República y otros al silencio mortal del viejo empleado.
Lo lógico es que llegada a determinada edad, el hombre descanse de tener que ir a trabajar. Algunos, en dependencia de la naturaleza de su trabajo, pueden alargar más o menos ese tiempo de utilidad social o familiar.
Lo realmente dramático es llegar a los 91 años de edad, poseer acumulados 68 años de trabajo, demostrados en la administración pública, y tener que pedir que lo retiren a uno.
Qué leyes de la física, qué principios éticos, qué idearios cívicos, son los que impiden que Aquino Herasme Matos no haya podido retirarse y recibir una jubilación a la altura de sus años como trabajador del Estado.
Sépase que con el se está cometiendo un gran abuso de poder, una flagrante injusticia y un crimen que no resiste análisis.
Aquino es orgullo de la agreste y olvidada región suroeste del país y reserva viva del pueblo de Villa Jaragua, de la provincia Bahoruco.
En la actualidad, Herasme, por su condiciones físicas no asiste al trabajo, es auxiliar del Departamento de Servicios Generales de la Oficina Técnica de Transporte Terrestre (OTTT), donde gana un sueldo de cinco mil pesos al mes.
Su coraje, templanza y perseverancia llenan de satisfacción nuestra sociedad.
A nosotros nos parece que tener vivo a este grandioso hombre es como poseer una joya de alto quilates, guardada para el momento de las dificultades.
Quino es un autodidacta, maestro de escuela, músico y cuentista, oficinista y alguacil, orador, cocedor de sus propios alimentos y preparador de sus propias medicinas.
Cuanta alegría debe darle a los dominicanos contar, lleno de vida aún, por la Gracia de Dios, con una persona del temple de don Aquino Herasme Matos. Salud y larga vida para este grandioso ser humano.