Un estudio reciente de científicos de la Universidad de Texas A&M acaba de comprobar que el mango no es sólo efectivo previniendo el cáncer de colon, sino que destruye las células cancerosas cuando la enfermedad ya está presente. Algo similar hace con las células cancerosas del seno.
El hallazgo ha revolucionado la idea que en Estados Unidos se tenía de esta fruta originaria de la India, tanto que se ha cuadruplicado su consumo en comparación con lo que se ingería del mismo una década atrás.
“La investigación fue financiada por la National Mango Board (entidad estadounidense auspiciada por el Departamento de Agricultura de ese país), y llevada a cabo por los científicos Susanne y Steve Talcott, quienes analizaron in vitro el impacto causado por el mango en siete tipos diferentes de células cancerosas, entre ellas de pulmón, de páncreas y de próstata, entre otros”, comenta el ingeniero guatemalteco Olaf Rasch, director del National Mango Board.
La respuesta más significativa se observó en ciertas células de cáncer de colon y de seno, las cuales en palabras científicas sufrieron apoptosis, es decir, muerte celular programada de las células malignas, no así de las células sanas. El estudio reveló que los polifenoles (también presentes en, por ejemplo, la semilla de la uva, el vino tinto y el té verde) del mango consisten tanto en moléculas pequeñas que son absorbidas con facilidad durante la digestión, como de moléculas más grandes que no se absorben, sino que llegan intactas hasta el colon, en donde estarían expuestas a las células cancerosas.
El mango aporta al organismo más de 20 vitaminas y minerales, sobre todo vitaminas A y C, además, por su alto contenido en fibra dietética, la fruta puede ayudar a quienes padecen de estreñimiento crónico.
“Los estudios demuestran que el mango está lleno de antioxidantes, y precisamente por eso se considera que funciona tan bien en la prevención de varios tipos de cánceres, sobre todo el de colon y el de seno. Los doctores Talcott descubrieron que las células que están a punto de mutar o dañarse, se mantienen sanas gracias a los polifenoles existentes en el mango”, agrega Rasch.
Los nutricionistas recomiendan ingerir entre cinco y trece porciones de frutas y vegetales al día para mantener el cuerpo en óptimas condiciones y, sobre todo, libre de enfermedades, así que lo ideal sería incluir un mango diario como parte de esa dieta balanceada.
A la par de este reciente estudio, los científicos están analizando la habilidad que tiene el mango para modular la glucosa y los lípidos del organismo, así como el posible impacto que la fruta pueda tener en la densidad ósea de una persona.
“Dentro de poco iniciaremos otra investigación que pretende reunir a personas con alto riesgo de padecer cáncer de colon para administrarles la fruta de forma regular y ver qué sucede”, continúa Rasch. En Guatemala se produce mango de exportación desde 1980, sobre todo de las variedades conocidas como Tommy Atkins y Ataulfo, y en mucha menos escala las llamadas Keith y Kent.
La National Mango Board se formó hace unos cinco años con participación de siete exportadores latinoamericanos, entre ellos uno guatemalteco, y otros siete importadores estadounidenses con el apoyo del Departamento de Agricultura de EE.UU.