La noticia es de portada y ocupa un lugar principal en el ámbito informativo del país: “Lluvias continuarán, aun cuando disminuyan…”. Entonces, se mantiene el temor que embarga a cada familia, da igual el sitio donde esté ubicada su vivienda y por la razón que este multimedios ha denunciado constantemente en sus páginas: la vulnerabilidad del drenaje pluvial y la situación que se vive cuando las lluvias azotan al territorio nacional representan un grave peligro.
Los medios de comunicación en el país y, particularmente, este DominicanosHoy, han señalado constantemente la necesidad de que el Estado resuelva el grave problema de los barrios marginales, sobre todo los que ocupan la ribera del Rio Ozama y que solucione la realidad de los desagües, que significan puntos débiles y al parecer sempiternos…
Los aguaceros de estos días demuestran, una vez más, lo que es harto conocido: el tránsito del Distrito Nacional y Santo Domingo es un caos total: el colapso de los sistemas de drenaje en las intersecciones de un gran número de calles en la capital y hasta elevados, como el de la avenida John F. Kennedy, puentes, etc., son un ejemplo de lo que no se ha hecho y es imprescindible llevar a cabo, por encima de las mega construcciones.
El Centro de Operaciones de Emergencia (COE), ha reportado que más de cinco mil personas fueron desplazadas y decenas de comunidades incomunicadas, producto de los torrenciales aguaceros y hasta hubo un fallecido, como consecuencia de un derrumbe que afectó su vivienda. La pregunta sigue siendo: ¿qué ocurrirá si se mantienen las lluvias? ¿Cómo avanzaremos a través de calles totalmente inundadas donde se erigen, cada vez más, nuevas construcciones en una ciudad que se ahoga impunemente?