El colega Bienvenido Carmona ha mantenido a los lectores de este multimedios al tanto de lo que está sucediendo con la hípica dominicana, la cual califica de “herida… Mal herida…”
Que se hayan suspendido las esperadas carreras, como consecuencia de la actitud de los jinetes declarados en huelga, porque no se les paga, es sólo un ángulo del problema, que va más allá de los fanáticos del tradicional espectáculo.
Se trata de miles de familias cuyo sustento se deriva de este admirable y a su vez peligroso oficio, desarrollado por ese jinete que vive de lo que realiza y cuya empresa responsabilizada de su pago mantiene un atraso injustificable.
Sucede como en un círculo vicioso: los empresarios deben a los dueños muchos programas y ellos, a su vez, acumulan deudas con los jinetes, en cuyos hogares la situación de carencias se multiplica ostensiblemente.
El reconocido cronista deportivo, Carmona, señala que: “definitivamente van a matar la hípica” y con tono sentencioso y veraz puntualiza que “la situación no se viera tan dramática si hubiera diálogo”.
Oh, el diálogo, ese antiguo hábito o lección que aprendimos por los siglos de los siglos y que parece extinguirse cuando más falta hace, sobre todo en humanos que debían esgrimir el habla y la comprensión como armas o herramientas factibles, no la indiferencia y el desacuerdo que sólo conducen a infructuosas situaciones que ponen un velo de luto a una actividad tan amada por la sociedad dominicana como la hípica.