Durante los días que precedieron a la realización del paro nacional por 24 horas se dijo que la atención en los hospitales y centros asistenciales de salud se mantendrían inalterables. Positiva decisión en medio de las inquietudes que no por dejar de nombrarse sistemáticamente, dejan de ser importantes, actuales y muy peligrosas.
Es el caso del cólera, del cual, tal y como publican medios de comunicación en el país, el recrudecimiento de la epidemia en Haití y la incidencia de pacientes con sospecha de la enfermedad aquí, han hecho que se asuman las alertas máximas, que no han dejado de ser; pero, sin duda, tienen que ser reforzadas en tácticas y estrategias.
Los pacientes con síntomas de cólera se han incrementado en los últimos días y si bien las autoridades de Salud Pública intensifican las acciones de prevención en bateyes, zonas agrícolas y urbanas que sirven de asentamiento a grandes poblaciones de inmigrantes- tal y como se ha publicado-, aún no resultan suficiente las acciones epidemiológicas y el propio titular Bautista Rojas Gómez ha dispuesto contactar con estudiantes de medicina para llevar a cabo labores de este tipo, sobre todo en la capacitación de quienes deben enseñar todo lo posible entre la población para evitar que siga propagándose la enfermedad.
La pregunta sigue siendo si estas medidas, anunciadas por Salud Pública, lograrán mantener bajo control el cólera, y si este personal que ahora se capta para identificar, tratar y dar seguimiento a los casos de diarreas, debieron existir desde mucho antes. De todos modos, mejor repetir hasta el cansancio que la población debe mantener las medidas de higiene recomendadas, cumplirlas a ultranza y ante cualquier síntoma, recurrir al centro médico más cercano. Por ahora, no hay otra.