El cáncer del feminicidio que, en apenas siete meses ha cobrado la existencia de 92 mujeres dominicanas, acaba de arrebatarle la vida a Yesenia Rivera Figuereo, quien fue asesinada de un tiro en la nuca y posteriormente quemada en el interior del carro que conducía. Al parecer las autoridades no han podido controlar al enemigo silente que a diario acecha la vida de mujeres indefensas.
Pese a los diferentes organismos que existen en República Dominicana y que tienen la función de preservar y proteger la vida de la ciudadanía, sus labores no fueron eficientes para salvar a la estudiante y madre, que con apenas 29 años se vio obligada a abandonar sus sueños, sus hijos y su vida a destiempo.
Esta historia, que parece sacada de la más sangrienta y tenebrosa película de terror, se repite con gran frecuencia en parejas de esposos, amantes, novios o ex compañeros sentimentales, sin importar la clase social, religión o grado académico.
Datos estadísticos suministrados por la magistrada Rosanna Reyes, procuradora adjunta para Asuntos de la Mujer, reflejan que durante el lustro 2005-2010, los feminicidios cobraron mil 153 vidas.
Resumimos a continuación el comportamiento por años:
Año 2005: 190 casos
Año 2006: 177 casos
Año 2007: 173 casos
Año 2008: 204 casos
Año 2009: 199 casos
Año 2010: 210 casos
En lo que va del año 2011, República Dominicana ha contado la dolorosa pérdida de 92 mujeres, víctimas de sus parejas o ex maridos.
La provincia Santo Domingo es la jurisdicción de más tasa de incidencia, seguido por el Distrito Nacional y la más baja la ostenta Santiago.
De acuerdo a fuentes consultadas, de los 210 feminicidios que tuvieron lugar en 2010, 179 eran dominicanas, 29 haitianas, una canadiense y una suiza.
Las brutales formas en que son asesinadas “las “madres, hijas y hermanas”, son descritas por la investigadora y feminista Susi Pola, quien escribe: “asesinadas en nombre del ‘amor’ muchas veces, a golpes, en presencia de sus hijos menores; lanzadas desde el tercer piso; de varias puñaladas; con golpes y heridas penetrantes; a puñaladas; a punzonazos; de un balazo; de dos disparos a la cabeza; de un machetazo en el cuello; por descuartizamiento; de varios disparos; a cuchilladas; apuñalada por su propio padre; de una herida que atravesó su cuello y otras en el pecho y las manos; atropellada con el automóvil; a puñaladas por su cuñado; de un balazo en el tórax; una de las celdas conyugales; quemada por su marido que le roció gasolina; estrangulada; a tiros dentro de su vehículo; ultimada de un cartuchazo en el pecho; asesinada a machetazos; las piernas encontradas dentro de una caja de cerveza; violada y asesinada antes de tener raciocinio”.
Entre 8 y 52 años oscilan las edades de muchas de las féminas que han muerto en República Dominicana. En el decir de Pola, hay otras tantas “que no caben en un miserable artículo ‘de opinión’, que no quiere opinar, solo contar que ya son demasiado para la conciencia de un país”.
El feminicidio se convierte en cáncer maligno para RD
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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