Es normal en la República Dominicana escuchar a determinados candidatos invocando a Dios para que le permita ganar la posición electoral a la que aspira. Eso hace recordar el viejo cuento que reza: el que tiene dinero le pide al Señor que le cuide y el que roba le pide al Señor que le de robar. Señores, dejen a Dios tranquilo, que Él no sabe de política.
