La libertad es el sueño dorado de cada pueblo. Aun más cuando las luchas emancipadoras han llevado tiempo y sacrificios máximos, se han logrado pasos firmes y de pronto hay “un paso atrás” que significa seguir a pesar de todo para no ser sometidos…
En la historia de República Dominicana se considera aquella anexión a España como una “capitulación condicionada”, o “autoderrota de quienes no se atrevieron a lidiar con los acontecimientos posteriores a la declaración de la independencia nacional”.
Las páginas escritas con sangre rememoran la independencia obtenida el 27 de febrero de 1844, arrancada por el dominio español con el apoyo de quienes no estuvieron a la altura de ese momento histórico y concreto.
De inmediato, tuvo lugar la respuesta: la sublevación contra la anexión a España, iniciada ese 16 de agosto de 1863, hace 148 años, con la guerra de la Restauración como guerra popular de guerrillas, que Juan Bosch analizó con detalles y el historiador Frank Moya Pons interpretó de acuerdo a dicha caracterización de esta manera:
“La Guerra de la Restauración, que comenzó siendo una rebelión de campesinos, muy pronto se convirtió en una guerra de razas, por el temor de los dominicanos de color, que eran la mayoría, a ser convertidos nuevamente en esclavos, y de ahí pasó a ser una verdadera guerra popular que puso en movimiento todas las energías de la Nación para lograr su independencia y la restauración de la soberanía”.
Hubo figuras que trascendieron en esos momentos inolvidables, entre ellas la del nunca bien ponderado general Gregorio Luperón, quien devino héroe nacional e inolvidable figura paradigmática para todas las generaciones de dominicanas y dominicanos.
El 16 de agosto de 1863, día del Grito de Capotillo, se conmemora como fiesta nacional en el país, porque hablar del inicio de la Restauración implica sellar la valentía, rebeldía nacional, orgullo patrio y el concepto genuino que impulsó esos momentos de enfrentamientos entre dominicanos y españoles, acciones que se extendieron hasta el 11 de julio de 1865, cuando el ejército español no pudo derrotar a los insurgentes, y debió abandonar el país.
El restablecimiento o Restauración de la República Dominicana fue una realidad que hoy celebramos los hijos de esta hermosa tierra que ha logrado conquistar y reconquistar las libertades que por derecho propio merece.
¡Loas a los Héroes de la Restauración! ¡Viva siempre la nación dominicana con su derecho de libertad, paz y un merecido futuro mejor, conferido por sus héroes a través de los siglos y por los siglos!