La Habana.- La promotora norteamericana Catherine Murphy, del ejecutivo de Metales a La Habana, declaró a Prensa Latina que aspiran continuar esta iniciativa que agrupa a 17 musicos y técnicos, siete de ellos de la Jazz Lincoln Center.
Tengo la esperanza de que este sea el comienzo de un largo camino, estamos muy felices con esta colaboración que entablamos. No nos quisiéramos ir, expresó.
El proyecto surgió en octubre de 2010, durante una visita a la isla del trompetista Wynton Marsalis y la orquesta neoyorquina que dirige, quienes quedaron sorprendidos por la cantera de niños y jóvenes que se forman en las escuelas de arte.
Metales… incorpora, además, a cinco luthiers que viajaron el martes último con un lote de instrumentos para cuatro orquestas de jazz, destinado a igual número de centros de enseñanza habaneros.
Vinimos con tres objetivos principales, explicó Murphy: donar los instrumentos, ofrecer clases magistrales de jazz e improvisacion y abrir una especie de clínica para restaurar trombones, saxofones, flautas, violines, contrabajos y todo lo que este a nuestro alcance.
Ha sido una labor ardua. En solo tres días reparamos 70 instrumentos para tres escuelas. Aun nos queda una jornada hoy, terminamos todas las noches agotados pero muy felices, apuntó.
Junto a los cofundadores del proyecto Susan Sillins, Diane Raines y Eric Wright, se encuentran aquí el contrabajista de origen puertorriqueño Carlos Henríquez, el percusionista Ali Jackson, el pianista Michael Rodríguez, el trompetista Robert Rodríguez y el trombonista Michael Webster.
También los saxofonistas Erica von Kleist y Vincent Gardner, y el profesor Victor Goines.
Metales a La Habana nació, en palabras de sus promotores, «con el deseo de ayudar a hacer realidad las aspiraciones y sueños de los jóvenes cubanos y fortalecer los vínculos entre nuestros mundos».
Compartiendo la música de ambos países, afirman, podremos profundizar en nuestro pasado común y unirnos en un diálogo humano y alegre.
