La investigadora del Centro de Estudios de Género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), Isaura Cotes Javier, manifestó a Dominicanos Hoy que las causas de la violencia contra la mujer radican, esencialmente, en la construcción de la masculinidad agresora, la desigualdad en que se educa a hombres y mujeres y la impunidad.
“Mientras no cambiemos los patrones con el que se educa, tanto a los hombres como a las mujeres, la violencia seguirá manifestándose”, dijo Cotes, y añadió que en República Dominicana el índice de muertes a causa de la violencia ha aumentado consideradamente.
En tal sentido, la también especialista de género apuntó que de 40 mil 765 denuncias realizadas en el año 2010, el 22 por ciento corresponde a la violencia contra la mujer: “pese a esta cantidad, las sentencias son mínimas”.
“Esto nos dice que el sistema no está funcionando bien, que debe evaluarse y capacitarse permanentemente; ver en qué medida éste cumple su rol en la sociedad”, añadió Cotes.
Con relación al tema de la protección de las víctimas de la violencia, Cotes Javier observa que aunque la ley contempla que esas mujeres deben de ser protegidas, en los hechos no hay garantía alguna de tal protección: “Existe un porcentaje de mujeres asesinadas que han pasado por el sistema de justicia, esto evidencia que tal protección no se lleva a cabo”.
Para la sociedad dominicana, las muertes de mujeres a manos de sus actuales o ex parejas despierta indignación e impotencia. La entrevistada considera que debería estar en la mirada de todo el país, del sector salud, educación, justicia, ayuntamientos, la familia, absolutamente todos los sectores.
“Vivimos dentro de un sistema sexista que perjudica mayoritariamente a las mujeres, eso no significa que no suceda con los hombre, porque estoy convencida de que la violencia también los daña a ellos”.
Finalmente, la investigadora del INTEC, con vasta experiencia en el tema, asegura que son insuficientes los esfuerzos que se hacen para erradicar la violencia contra la mujer: “se habla de la educación, pero hay que ver cuál le ofrecemos a nuestros hijos. En las escuelas, por ejemplo, se separan los niños de las niñas; hay maestros que acosan a las alumnas. “En fin, que las dimensiones y magnitud de esta problemática está por encima de las acciones realizadas hasta el momento”.