LOS ÁNGELES.- Manny Ramírez ha estado entrenando en una jaula de bateo techada en Miami antes de marcharse a República Dominicana el domingo para integrarse a los entrenamientos de la Águilas Cibañas del béisbol invernal, pero las Grandes Ligas no están muy entusiasmadas con la idea.
Un oficial de la oficina del comisionado le dijo a ESPN.com que Ramírez no podrá jugar en República Dominicana debido a que tiene violaciones no resueltas del programa de drogas y la liga quisqueyana es afiliada a las Grandes Ligas.
Si Ramírez quiere jugar pelota, tendría que hacerlo en una liga independiente, reportó Colleen Dominguez a través de ESPN.com.
Ramírez le dijo a ESPNDeportesLosAngeles.com que para este jueves está programada una reunión entre sus representantes y oficiales del béisbol norteamericano para tratar el asunto de su posible participación con las Águilas.
«Estoy realmente interesado y entusiasmado por jugar, pero no conozco el futuro», dijo Ramírez desde Miami. «Vamos a esperar lo que resulta de esa reunión, pero sería muy triste no poder jugar», agregó.
Ramírez, de 39 años, optó por retirarse de las ligas mayores en abril pasado para no tener que enfrentar una sanción de 100 juegos por arrojar positivo por segunda ocasión en una prueba de dopaje.
Jugadores suspendidos anteriormente en las ligas mayores por violar el programa de sustancias no encontraron inconvenientes para accionar en la pelota invernal; los dominicanos Guillermo Mota, Jorge Sosa y Ronny Paulino son ejemplos recientes, pero el caso de Ramírez podría ser juzgado diferente debido a que se retiró sin cumplir la sanción.
Ramírez bateó .243 con dos jonrones, 15 dobles y 28 impulsadas en tres campañas con las Águilas, entre 1991 y 1994, antes de convertirse en uno de los mejores bateadores en la historia de Grandes Ligas.
El jardinero bateó .312 con 555 jonrones y 1,831 carreras impulsadas en 19 temporadas con Cleveland, Boston, Dodgers, Medias Blancas de Chicago y Tampa Bay.
La semana pasada fue arrestado y acusado de agresión en Florida luego de cque su esposa Juliana lo denunció por pegarle en el rostro. Tuvo que pagar 2,500 dólares para salir en libertad, pero aún tiene pendiente una audiencia en la corte, pese a que su esposa no presentó cargos.
