Afirma Charles Dickens en uno de sus pensamientos que nunca habría tenido éxito en la vida si no se hubiera dedicado a las cosas más pequeñas con la misma atención y cuidado que se dedicó a las más grandes.
Con este sentido, y por la fuerza que puede tener una oración, dedicamos esta de Mahatma Gandhi, en el día de la Virgen de las Mercedes, Patrona de la República Dominicana, a todos los hijos e hijas de esta noble nación. Oramos porque puedan leerla e interiorizarla quienes tienen el poder en sus manos para transformar realidades:
Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.
Si me das fortuna, no me quites la razón
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad, no me quites la dignidad
Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla, no me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo.
Enséñame a querer a la gente como a mí mismo y a no juzgarme como a los demás.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso. Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo.
Enséñame que perdonar es un signo de grandeza y que la venganza es una señal de bajeza.
Si me quitas el éxito, déjame fuerzas para aprender del fracaso, si yo ofendiera a la gente, dame valor para disculparme y si la gente me ofende, dame valor para perdonar.
¡Señor…..si yo me olvido de ti, nunca te olvides de mí!
Amén.