El señor Presidente, don Antonio Guzmán Fernández, con rostro alegre, causó un gran regocijo a todo el país informando que en Azua hay petróleo. Y nada se hace.
Desde Higüey se esparce la noticia que en el Río Sanate hay petróleo de muy buena calidad. Y nada se hace.
El licenciado Pelegrín Castillo muestra unos frascos con petróleo de Azua y que hay doce pozos tapados. Se repite el nada hacer.
El doctor Ernesto Armenteros y el ingeniero Frank Astacio muestran en el mapa que en la costa frente a Puerto Plata, San Pedro de Macorís, la Bahía de Ocoa y Barahona hay petróleo. Vuelve a repetirse el no hacer nada.
En Cuba se encontró petróleo y sin pérdida de tiempo están aprovechando ese gran beneficio. Los venezolanos tienen décadas en el disfrute del petróleo.
El debido respeto no permite divagar, hacer conjeturas y suposición. Observamos que con frecuencia hay dinero disponible para construir presas, puentes, elevados, túneles, autovías, etc… consigo que hay manera de negociaciones y diversas vías para emprender acciones y explotar las riquezas que la naturaleza crea. Hemos visto extracción de Bauxita, Oro y otros minerales ¿Por qué no se extrae el petróleo?
El hombre ungido en el bien, debe decidir vivir la vida bien, no pensar que todo sea perfecto. Ejercer el valor moral, no ocultando sus errores. Cuando se lanza a la lucha, debe esperar heridas, caídas, derrotas y hacer como Duarte, Bolívar, Máximo Gómez, Gandhi, Mandela y otros. Los sufrimientos son partes íntimas del derrotero; pero, crean fuerzas para amar, nunca entregar la bandera de la masculinidad, la sana agresividad que surge del amor del hombre por el hombre.
Nos falta decisión agresiva, basada en una visión de patria sana y próspera, aferrada a una apasionante disciplina. Luchar contra todo lo que cohíbe el bien. Las debilidades inferiores, el egoísmo, la avaricia. Ser como vivía y enseñaba el maestro del pórtico, el filósofo moralista Zenón de Citio, en el ágora de Atenas. Siglo V, AC. Ser apático. No permitir que los sentimientos lo dominen, ejercer la fuerza de voluntad. Todo ser humano puede si quiere. Dios no hizo basura.
Dar vida a la fuerza de la masculinidad, luchas con amor contra todo lo que daña la vida. Entregarse con todo lo que tiene, en sí, sentir el gozo como un bien de lucha con amor por los hombres y su vida.
Sugerir con pensamiento respetuoso y sano es un deber ciudadano. A los diputados: no dejen a su colega de curul, licenciado Pelegrín Castillo, en la soledad. Nadie es un ser solitario, todo ser humano necesita a su otro yo. La naturaleza enseña que por necesidad intrínseca de vida, somos de comunidad. Solos no somos nada. Miren a su gente. Ustedes conocen y tienen los medios que esta tierra entregue el petróleo. Vivamos el bien de la creación. Únanse como las abejas que construyen paneles de cerdillas prismática, producen, en el decir poético de Antonio Machado: “Blanca cera y dulce miel”.
Denle vida al decálogo Duartiano: el hombre se encuentra a sí mismo decidiendo y amando. Para eso Dios los crea.