Presidente Leonel Fernández, viejo amigo, jamás pensé que en el periodo final de tu Administración yo estaría compelido a ordenarte algo. Espero que los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón lleguen a ser placenteros delante de ti.
Te ordenaré lo que anhelo porque los planes del diligente propenden de seguro a ventaja y todo el que es apresurado se encamina de seguro a la carencia. No imitemos la insensatez y no nos acarremos tragedias humanas.
Mientras el mundo se debate acerca de qué pasará con los gánster de Wall Street y nos preocupamos por su suerte como si fuesen ángeles enviados por el Cielo, aquí se nos pudre nuestra agua, se nos vuelve mierda.
Vivo en la Torre B, del condominio Bella Vista, un complejo residencial habitado por la clase media alto, la que dicen que sostiene la sociedad y, como el sistema público no envía agua, todos hemos tenido que fabricar pozos, buscar agua de los ríos subterráneos.
Recientemente, Almacenes unidos inicio la construcción de un Mall en la Pedro A Bobea esquina Sarasota, un verdadero monumento a la quiebra, y esta gente no para de hoyar. Como resultado, y a pesar de que no ha parado de llover, ya uno de los pozos se secó y hubo que perforar más en busca del agua que huye.
Presidente, lo que yo quiero, y tenga presente que las palabras comienzan siendo pensamientos, es salvar una franja de la ciudad de Santo Domingo. Esa franja de la 27 de Febrero que va desde el rio Ozama hasta la Luperón, llegando hasta el Malecón. Esa área señor Presidente ya no tolera más construcciones, esa área señor Presidente ya no tolera más habitantes porque no hay agua, ni del sistema ni de los ríos subterráneos.
Las mafias y los degenerados se opondrán diciendo que un decreto que prohíbe construir más en esa área todo cuanto generara será corrupción y venta ilegal de permisos, pues ahí señor Presidente es donde entra Miguel Solano: Todo cuanto anhelo es ser nombrado responsable del cumplimiento de ese decreto y entonces veremos si es posible hacer las cosas correctamente.
