El tema no deja de ser apremiante, inquietante y profundo: ¿soportará la salud económica de América Latina la denominada “recuperación económica global y los desafíos locales tales como la amenaza de un recalentamiento económico que pueda echar por tierra los avances en la agenda de desarrollo de la región”?
El economista en jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, Augusto de la Torre, ha abordado el tema y observado que “el vigoroso crecimiento de la región durante el último año se somete a prueba en un complejo contexto regional donde las economías enfrentan la posibilidad de recalentamiento, de monedas sobrevaluadas, y el fantasma inflacionario”.
La interrogante se hace eco, sobre todo en las voces de quienes han visto sus economías nacionales crecer, pero en lo íntimo de su hogar y en el conjunto de la sociedad sus vidas no han pasado de ser miserables. Entonces, ¿cuánto más puede ocurrir a los desposeídos si América Latina y el Caribe no pueden sostenerse ante este complejo escenario?
Está bien que el Banco Mundial intente responder a incertidumbres con ejercicios como este que tituló: «Perspectivas económicas para América Latina 2011: el éxito de la región se pone a prueba».
Tal vez para muchos suene irónico y hasta con humor negro estas palabras que hablan de una región que enfrentó mejor que el resto de las naciones la crisis económica global. ¿Pero, qué dirán las familias de Guachupita, Gualey…el sur profundo y tantos rincones más del país que todavía no han visto esa majoría “sostenible”?