Porque me siento burlado por este gobierno, cargado de rabia y ganas de luchar fue que respondí al llamado de la Coalición por una “Educación Digna” y me fui a la marcha con mi esposa y mis dos hijos a exigir en familia que se cumpla con la ley.
Me fui a la protesta con mi esposa Wendy, Carlitos y Emmanuel, por que la cuerda y la indignación rompieron el molde de mi paciencia, al ver al presidente de mi país solo preocupado por la candidatura de Danilo Medina.
El compromiso del gobierno es levantar y refrescar la candidatura de su aspirante, y por ello es que el presidente, después de siete años de gestión anuncia que gastará 40 mil millones de pesos en el arreglo de calles, alumbrado eléctrico, plazas agropecuarias y en el estómago de los pobres para que adquieran comida cocida a 2 y 3 pesos el plato.
Ahora nos damos cuenta de que las encuestas revelan lo cierto, cuando nos dicen que el candidato oficial se encuentra en el lugar del mofle, abajo, atrás y caliente.
Ahora es que caemos en razón, del porque el gobierno quiere permanecer de espalda a la ley, al no destinar el 4 por ciento del PIB, para la educación, porque de esta manera los pobres son mejores de manejar y engañar y en campañas electorales son fáciles de embullar con pan y circo.
Sépase que sin educación jamás avanzaremos, y que hablar de desarrollo y modernidad será siempre una mentira.
Hay que decirle de una vez y por todas al país que el modelo de gestión peledeista se ha corrompido de los pies a la cabeza y que aunque hagan un boom mediático con la separación de policías, todos sabemos que este es un problema estructural, que la enfermedad de ese cuerpo no está en la sábana, por lo tanto, cancelando a miembros con bulla no se logrará cambios en su fila.
Nunca nos pasó por la mente pensar que nuestro mandatario se convertiría en un líder populista y encantador de serpientes internacionales, y que por momento todo era un manejo suyo para encariñarse y ganarse a los reformistas del patio, que una persona de su capacidad política e intelectual asumiera a Balaguer como su norte político.
En el fondo al mandatario le gusta el modelo de los “Doce Años”, donde siempre hubo repartos de salchichón, muñecas y bicicletas.
Por qué tanto esfuerzo en mentirle a una parte de la población, diciendo que todo es progreso y que es palante que vamos, cuando vemos a quienes producen ajo, cebolla, arroz, leche, carne está al grito, pidiendo al gobierno que acuda en su auxilio.
Al quitarnos la venda observamos que han sido siete años perdidos, donde la mentira el engaño y la demagogia han sido la prioridad.
Y que aunque nos hablen de progreso y desarrollo, al final, con los recursos del estado tratarán de quebrar la voluntad de la gente en las próximas elecciones.