Dos firmas encuestadoras de respetable trayectoria han venido a confirmar lo que se ha olfateado desde el acto de proclamación de la candidatura de Danilo Medina: su constante de crecimiento versus el descenso de su adversario.
La primera noticia de cambio en el posicionamiento de los principales aspirantes presidenciales la ofreció Benenson Strategy Group, con una muestra aplicada a nivel nacional a un universo del mil encuestados, levantada entre el 21 y 29 de septiembre, que encontró una reducción tan significativa del margen de ventaja en que había estado colocado Hipólito Mejía, que ya se había producido un empate estadístico.
La ventaja que hace pocos meses llegó a marcar sobre un 20%, quedaba reducida a tres, con un Hipólito que de los sesenta y tanto, se colocaba en 49%, mientras Danilo ya marcaba 46%, pero las noticias, en lo que atañe a las valoraciones que tienen los electores para evaluar las cualidades para un buen gobierno, favorecen a Danilo Medina.
En un levantamiento de mil doscientas entrevistas, dos semanas después, la firma Asisa Strategy Group, encuentra que Danilo Medina ya había superado a Hipólito Mejía, que proseguía su caída situándose en 42.7% frente al 46% del candidato del PLD.
Tan importante como los datos del posicionamiento de los candidatos, es el de los partidos, y hay coincidencia en que se siente el despertar del PLD, que ha vuelto a situarse en primer lugar, descontando una ventaja que llegó a ser de 24%. Hoy el PLD se ha colocado en un 48% y el PRD en un 43%.
En Asisa la boleta electoral Danilo-Margarita marcó 47.3%, mientras Hipólito-Abinader tienen un 43%. La pregunta que dejan abierta estos hallazgos es: ¿Por qué Danilo Medina ha estado subiendo, mientras Hipólito sigue bajando?
Lo primero es que los electores han estado valorando las propuestas de los candidatos, y Danilo es el único que está presentando planes para combatir las desigualdades, crear empleos, enfrentar la delincuencia, mejorar la salud y la educación, desarrollar el campo, incrementar el turismo, enfrentar la corrupción, apoyar la pequeña y mediana empresa y fortalecer la capacidad exportadora del país.
A Danilo Medina lo está respaldando un partido monolíticamente unido en torno a su candidatura, reforzado con un sector externo muy superior al que se ha orquestado para trabajar por su adversario.
Es un candidato que puede ser presentado en cualquier escenario sin el temor de que meta la pata, como ocurre con su oponente.
Aparte de que Hipólito Mejía no ha sido capaz de articular una propuesta creíble sobre ningún tema, tampoco ha podido unificar a su partido. La desastrosa administración gubernamental que encabezó en el período 2000-2004, lo hace sumamente vulnerable ante todos los temas sensibles.
El reclamo que tiene más cabida es el del cumplimiento de la ley que pauta un 4% para la educación, y aunque no ha tenido empacho en asumirlo, no puede resultar creíble quien encontró la inversión en 2.5 y la dejó en 1.3 del PIB
Danilo ha dicho que la educación es el otro nombre de la libertad y tiene una propuesta que conllevará una inversión mayor a la mínima de ley, que es la de extender las horas de docencia de 8 de la mañana a 4 de la tarde, lo que implica construir las aulas y contratar el personal adicional necesario.