LOS ÁNGELES.- No hubo más historia para Bernard Hopkins, el maravilloso peleador de 46 años de edad. Tampoco una victoria que defina la carrera de Chad Dawson.
Por el contrario, la pelea por el título semipesado terminó en una nube de controversia en el segundo round este sábado a la noche, con el público en el Staples Center gritando insultos y nadie feliz por la forma en que se decidió la pelea.
¿Y quién los puede culpar tras la desgracia de la que fueron testigos?
El resultado oficial fue una victoria por nocaut técnico para Dawson en el segundo asalto, que se quedó con el título de las 175 libras — aunque muy pocos le darán mérito por haberlo conseguido de la forma que terminó la pelea.
«Otra noche de boxeo con una controversia», dijo Gary Sahw, el promotor de Dawson. «Si algo anormal va a pasar, siempre es en el boxeo».
Tras un primer round en la cual no pasó demasiado, más allá de un intento de Dawson, el segundo asalto se estaba desarrollando de la misma manera. Luego, lo que había sido una buena noche de peleas, todo se fue por la cañería cuando se le quitó a los fans la oportunidad de ver un evento legítimo.
Dawson levantó a Hopkins, lo empujó con su hombro y lo mandó a la lona. Hopkins cayó sobre su hombro izquierdo y pareció sufrir mucho dolor, con la mitad de su cuerpo fuera del ring.
Luego de una larga demora para descifrar lo que había pasado, el referí Pat Russell dictaminó que Dawson no había empujado a Hopkins y decidió que no hubo falta, terminando la pelea por nocaut técnico a los 2 minutos, 14 segundos, cuando Hopkins no pudo continuar.
La asistencia de 8,431 estaba furiosa, abucheando y gritando insultos por varios minutos y durante la entrevista con los peleadores tras el combate. La pelea será recordada por un final que le quitará a los fans las ganas de pagar un boleto o el precio del pay-per-view.
«Siento mucho por la desilución de los fans», dijo Dawson. «Él [Hopkins] me evadió por tres años. Yo sabía que no quería pelearme. Se la pasa hablando de que es de Filadelfia y que es un gánster. Gánsters no se rinden. Él es débil. Es débil física y mentalmente. No tiene potencia. Yo lo iba a liquidar y él lo sabía».
Hopkins estaba buscando continuar su reinado histórico. El ex campeón mediano ganó el título semipesado por segunda vez en mayo, en Montreal, la ciudad de Jean Pascal, para convertirse, a los 46 años de edad, en el peleador de mayor edad en la historia del boxeo, en ganar un campeonato mundial, rompiendo la marca del legendario peso pesado George Foreman.
El reinado de Hopkins no duró mucho y estaba furioso por eso.
«Me engañaron. Debió haber sido una pelea sin decisión», dijo Hopkins muy enojado y con su hombro cubierto en bolsas de hielo. «El referí me preguntó si podía seguir y yo dije, ‘si, con un brazo’. Y luego paró la pelea. Tienen que mirar la pelea. Él [Dawson] me levantó, las dos piernas en el aire y me empujó sobre mi hombro. Dije que continuaba con un brazo. Estaba listo. [Russell] no me dijo que iba a detener la pelea. Simplemente se alejó. Nunca me dijo que si no seguía peleando iba a perder por nocaut. Solamente se alejó».