París.- El anuncio de las agencias calificadoras de riesgo de poner bajo vigilancia la deuda pública de Francia revela los efectos de la crisis financiera global en la economía de este país.
Un comunicado de Moody’s Investors Service señala que por el momento se considera estable la situación de las obligaciones francesas, pero durante los próximos tres meses se evaluará si se mantiene la alta calificación de «Triple A» de que disfruta.
Según el texto, París, al igual que el resto de la zona euro, ha visto debilitada su solidez financiera porque la crisis mundial causó un deterioro en su capacidad de endeudamiento.
Además, en los próximos meses debe enfrentar el desafío de destinar grandes sumas de dinero para ayudar a otros países de la Unión Europea o a su propio sistema bancario, lo que aumentará las tensiones.
Moodyâ€Ös y sus colegas Standard and Poorâ€Ös y Fitch Ratings, exigen al gobierno francés garantizar la estabilidad de sus bancos y emprender reformas fiscales y económicas si desea continuar beneficiándose de la alta nota que le otorgan.
Esto, sin embargo, conlleva el riesgo de incrementar el descontento social por el continuado deterioro de la calidad de vida de una parte de la población, sobre la cual recaen los efectos de las medidas de ajuste.
Un sondeo citado este martes por el diario Liberación señala que el 59 por ciento de los ciudadanos se oponen al uso de fondos públicos para financiar un eventual rescate de los bancos privados franceses.
