A solamente 25 minutos en bote desde la St. Maarten holandesa, y a 20 minutos de la San Martín francesa, también por mar, se llega a Anguila: un primor de isla. Está ubicada a escasos 5 kilómetros del destino franco-holandés, pero es muy diferente a este y muchos otros destinos caribeños.
La pequeña Anguila, diminuta en tamaño pero de una bien ganada reputación por su calidad en el servicio, ofrece ese sabor anglo-caribeño que completa el periplo franco-holandés. En sus vacaciones a San Martín no deje de disfrutar de Anguila por una noche como mínimo, o por lo menos visítela en un “day tour”. Nos agradecerá eternamente el consejo.
Localizada al norte extremo de las islas de Sotavento, además de sus playas paradisíacas y de su gente amable y servicial, Anguila ofrece una variedad de refrescantes opciones.
“En materia de restaurantes, la calidad es de primera clase, y nuestra cocina refleja la geografía de la isla. El suelo fino y coralino, que deriva en su blanca arena no provee mucha alimentación para el ganado, pero los mariscos y la pesca fresca del día son preparados de una forma inigualable”, nos dice nuestra gentil anfitriona, la directora de turismo de Anguila, Sra. Candis Niles.
La isla es verde en la época de lluvias, y por su clima, los cítricos son los productos agrícolas que se utilizan en sus ricos platillos, junto con los jugosos pimientos, los sabrosos calabacines, y la batata (llamada también boniato o ñame).
Así pues, probamos el arte culinario de Anguila en una ocasión de oro, de la mano de su directora de turismo. Ella nos dio un paseo por gran parte de la isla, y paramos en el restaurante de playa casual Smokey’s, donde también hay música en vivo, y la verdad es que fue una exquisita experiencia, porque a continuación de los deliciosos platos nos dimos un chapuzón inolvidable.
Antes de esto, habíamos hecho un interesante recorrido… a las 7:30 a.m. salimos desde la Marina de Simpsom Bay (ya que nos estábamos quedando en el Sonesta Maho Beach Resort and Casino, en St. Maarten). Tomamos el Funtime Charters y en 25 minutos llegamos a Anguila. Quienes salen en ferry van al Blowing Point Ferry Terminal, en Marigot, en la parte francesa.
La bienvenida fue cálida, y todo comenzó con un recorrido en auto por la parte oeste de Anguila. Conocimos algunas de las propiedades más importantes como son Cap Juluca Hotel, Viceroy Resort, y Covecastles Resort and Altamer Villas. Seguimos por la zona oeste, en ruta a “Long Bay”…
El fabuloso hotel Cap Juluca, con su llamativa arquitectura greco-morisca, brinda una inolvidable experiencia a quienes buscan disfrutar de la arena, el viento y el mar en un establecimiento donde pueden deleitarse con gastronomía de primera clase y bajo la atención de las más amistosas personas del Caribe.
Definitivamente, el Cap Juluca es el lugar indicado para pasar una luna de miel. Es tan maravilloso y sugestivo que una sola noche no será suficiente…mejor es reservar para dos noches, si se practica el multidestino con San Martin.
Art Gallery Hop: Explorar dos de las gallerias de arte de Anguila es muy gratificante. Nosotros no tuvimos tiempo sino de visitar una, Cheddie”s Carving Studio, y quedamos impresionados de la belleza de los trabajos. La otra, “Devonish Art Gallery”, quedará para la próxima vez.
El tour continuó por Rendezvous hacia Long Bay, y llegamos a Cuisinart Resort & Spa Golf Course, un campo de golf de primera, con unas vistas hacia San Martin para quitar el hipo. El torneo de golf “Anguilla Open” es ya algo más que un proyecto, según nos informaron.
Como dijimos antes, almorzamos en Smokey’s, donde conversamos con la Sra. Niles más reposadamente: “La Anguilla Tennis Academy acaba de firmar un convenio con Wilson Latinoamérica, y ya en el próximo verano tendremos “coaches” de la Argentina y otros países”, nos refirió.
Anguila tiene otros restaurantes, más elegantes, y que también son conocidos a nivel mundial. Ellos son el Straw Hat, Tasty’s, y el Viceroy Anguilla Sunset Lounge, entre otros.
