Con el propósito de recordar el cambio generalizado en los usos y costumbres de la Iglesia católica en la Europa Occidental, respecto a las pretensiones papales de dominio sobre toda la cristiandad, la Universidad Nacional Evangélica (UNEV), celebró el 494 aniversario de la Reforma Protestante y el Día Nacional Evangélico.
El acto se efectuó en la explanada de esa casa de estudios en la que se dieron cita los principales catedráticos de teología y educación; así como las autoridades docentes de la academia.
José Montero, quien organizó el evento presentó una reseña histórica de la Reformada Protestante en los primero cuatro siglos. La doctora Susana Sánchez, coordinadora de la Escuela de Teología, estuvo a cargo de la presentación de la conferencia titulada: Incidencia de la biblia en la Reforma Protestante, en una intervención de 45 minutos.
Durante la conferencia, Susana Sánchez dijo que la herencia de la Reforma del Siglo 16 debe llevarnos a la centralidad de las escrituras en las iglesias, la palabra que desafíe nuestra fe y nos permita dar testimonio de Jesucristo e identificar nuestra misión.
“La Iglesia en la República Dominicana no podrá avanzar en su razón de ser una iglesia reformada, siempre reformada y reformándose para la gloria de Dios, si sigue el rumbo que lleva”, manifestó Sánchez.
Propuso que desarrolle una agenda que pueda entenderse a sí misma y enfrentar los cambios actuales, filosofías humanistas y hedonistas (emocional), para que se desarrollen líderes con doctrinas sanas y principios bíblicos-teológicos verdaderos.
Argumentó que en los actuales momentos se está luchando contra la falta de integridad y fidelidad a la palabra de Dios, contra un evangelio mercadeado por motivadores que hacen énfasis en lo “fácil” o en lo “chabacano”: un evangelio de la cruz, pero sin Cristo y sin compromisos.
Exhortó a la iglesia para que levante una verdadera voz profética, a fin de contrarrestar a las voces “falsas” que sin fundamentos y motivados por el espíritu del error y cobardía arrastran a personas a cometer errores garrafales en nombre de la fe cristiana.
La religiosa concluyó diciendo que el principio de la “biblia” sigue latente hoy como tradición y herencia de la iglesia en este siglo, que por medio de la obra el Espíritu Santo sigue renovándose para fortalecer a los creyentes, llevar a cabo su misión y ejercer autoridad por medio de la escritura.
