Este artículo no es nuevo, hace poco lo presente a todos los que me leen; pero, resulta que al destaparse la primera dama y candidata vicepresidencial del PLD con la declaración de que Leonel es el padre de la educación dominicana, decidí presentarles otra vez este trabajo, en el cual se presenta un cuadro desgarrador de la realidad de la educación del país, en el que, parece no habita doña Margarita… este dice así:
“La educación es el medio principal de construcción de valores de una sociedad. A través de ella se siembran principios, normas, visiones y se construye el ideal simbólico de una sociedad. La educación tiene un valor intrínseco e instrumental, que incide en todas las dimensiones de la actividad humana. Por si misma no es suficiente para determinar el grado de bienestar que se pueda alcanzar, pero es una decisión indispensable. Es un elemento constitutivo del desarrollo humano, porque es una capacidad esencial que abre las puertas a otras capacidades y la desigualdad en el acceso a esta capacidad, provoca la desigualdad en el resto de las capacidades. Por lo tanto es un elemento esencial en una estrategia de desarrollo humano, para construir cohesión social”
La anterior definición, sin ningún tipo de desperdicios corresponde a la introducción que hiciera la Oficina de Desarrollo Humano del PNUD en el volumen I sobre el Análisis y propuesta de políticas sociales en la República Dominicana cuyos resultados son más que reveladores de la suerte que nos espera si el problema del sistema Educativo no se enfrenta con verdadera voluntad política para lograr enfrentar los retos que no pudimos lograr, como lo declaró sin el menor sonrojo el Presidente Leonel Fernández ante el foro Internacional de Naciones Unidas.
Finalizando el año 2010, el pueblo Dominicano se puso de pies y le exigió al Presidente que era urgente y necesario el 4% del PIB para la inversión en el sector educativo, a lo que se resisten. Su prioridad es la inversión desmedida en obras suntuosa sin control presupuestario, que han sido cuestionadas por toda la prensa nacional, dejando de un lado este clamor, procurando silenciar por la fuerza al osado de esgrimir tan justas demanda.
Muchos se creyeron en principio que avanzábamos, de que el grito lanzado por el presidente en la solemnidad de la Asamblea Nacional de que E’ pa’ lante que vamos, era cierto, no podía ser demagógico un grito tan esperanzador salido del líder de aquellos que dividieron el país entre peledeístas y corruptos; pero si nos detenemos en el informe que nos entrega el P.N.U.D nos encontramos con los siguientes resultados emanados del Segundo Estudio Regional comparativo y explicativo de los aprendizajes de los estudiantes en América Latina y el Caribe:
1.- En Matemáticas de tercer grado el 90.5% del alumnado dominicano esta en el nivel más bajo de toda la región.
2.-En Lectura de tercer grado el 78.1% del estudiantado de nuestro país es el peor nivel o por debajo de toda el área.
3.-En Matemáticas de sexto grado, el estudiante dominicano registra un 47.58% en el peor nivel o inferior a este en toda el área.
4.-En Lectura de sexto grado el 51.92% está en el peor nivel o por debajo de toda el área.
En conclusión el nivel del estudiantado dominicano de tercer y sexto grado, en las asignaturas de Matemáticas y Lenguaje está muy por debajo del promedio de América Latina y el Caribe. La educación es la vía para reducir la brecha social y con esto lograr disminuir la descomposición social que nos sacude. Invertir en educación nos proporciona estabilidad social, seguridad ciudadana y nos evita colapsar como sociedad y no dar un salto al vació.
Ante esta cruda realidad que se palpa en el nivel básico de la educación, ¿Qué será lo que tendremos en los niveles medio y superior? y en el entendido de que el papel del estado es promover mediante las políticas públicas inversiones en áreas vitales como el caso que nos ocupa, cree usted que E’ pa’ lante que Vamos. No importa que se cacaree crecimiento económico si no se toma en serio este problema que a todos pudiera sepultarnos como un endemoniado Tsunami.
