Más brumas y sombras

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

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No hay duda de que la  salida de monseñor Agripino Núñez Collado de la comisión mediadora entre los representantes de los partidos de la Liberación Dominicana (PLD), y Revolucionario Dominicano (PRD), no solo agrava la crisis de la Junta Central Electoral (JCE), sino que intensifica las elucubraciones y silencios innecesarios, que lejos de ayudar, agudizan la situación existente.
 
Que los representantes de dichos partidos no hayan llegado a un acuerdo, según afirmaron en días pasados, debido a que “han surgido nuevos elementos que ameritan discutirse”, sigue siendo tema inconcluso que la sociedad dominicana observa con preocupación, sobre todo porque para nadie es un secreto que las campañas  eleccionarias del 2012, hace rato que están andando.
 
¿Entonces? ¿Qué puede haber impedido que un mediador de tanta experiencia como lo es monseñor Agripino Núñez Collado continuara buscando el cotejo en el asunto?
 
De nada valió que  el secretario general del PLD, Reinaldo Pared Pérez, reiterara su respaldo a Núñez Collado y resaltara sus históricas cualidades como mediador en los conflictos del país; ni que el secretario general del PRD, Orlando Jorge Mera, reconociera su talento conciliador. Al parecer el religioso decidió dejar en manos de los protagonistas de esta encrucijada el final del enmarañado tema, al cual se le ha dedicado más tiempo del esperado.
El director ejecutivo de Participación Ciudadana, Javier Cabreja, ofreció sus servicios e hizo un llamado a los dos principales partidos “a ponerse de acuerdo lo antes posible para evitar poner en juego la credibilidad del tribunal electoral”.
 
El caso es que hasta los ánimos más sopesados se cansan con tantos ires y venires… sin  soluciones…El cansancio es general.
 
Se hace necesario que las autoridades de la JCE despejen cualquier duda e inconvenientes que pueda incrementar el traumático desarrollo de la contienda electoral programada para el próximo 20 de mayo, debido a las consecuencias negativas que podría mermar la concurrencia de los electores al certamen.