Cuando tu coche cuenta con nada más y nada menos que 1.150 CV, resulta obvio que el equipo de frenos ha de estar a la altura de las circunstancias. Después de todo, las autobahns alemanas no son como los Bonneville Salt Flats, con kilómetros y kilómetros de terreno donde detener el coche. En este sentido, está claro que no todo ha de ser aceleración pura y velocidades de vértigo. Los frenos, aún siendo un apartado que no vende tanto como el poder decir que tu coche es capaz de superar los 400 km/h, es algo que se ha de tener muy en cuenta. Y eso es precisamente lo que ha hecho Koenigsegg con su asombroso Agera R.
Si la principal carta de presentación del Bugatti Veyron Super Sport son los 431 km/h que logró en la interminable recta de Ehra-Lessen, en Koenigsegg han decidido centrarse en lograr el menor tiempo posible en ir de 0 a 300 km/h, para después frenar de nuevo hasta detener el vehículo por completo. Concretamente, el Koenigsegg Agera R lo ha logrado en 21,19 segundos, un tiempo que le ha permitido entrar de lleno en el Libro Guiness de los Récords. Lo que es más sorprendente, no obstante, es echar un vistazo a los parciales: para llegar a 300 km/h tan solo necesita 14,53 segundos, mientras que para detener el coche tan solo le basta con 6,66 segundos. Casi nada.
El nuevo récord en el 0-300-0 se estableció el pasado més de septiembre en el aeródromo de Ängelholm, un viejo aeropuerto reconvertido a pista de pruebas del fabricante sueco, aunque la noticia no ha trascendido hasta la fecha. Si atendemos a las especificaciones técnicas del Koenigsegg Agera R, la verdad es que no sé por qué nos sorprendemos tanto. Su potente motor V8 bi-turbo de 5.0 litros es capaz de rendir 1.150 CV de potencia y 1.200 Nm de par máximo, lo que, unido al poco peso del conjunto – situado en los 1.330 kilos, gracias al ligerísimo monocasco de fibra de carbono que utiliza – es lo que ha permitido que este monstruo sueco pueda alcanzar los 300 km/h en el mismo tiempo que mi coche llega a los 120 km/h.
A la hora de frenar, por su parte, todo el mérito recae en el potentísimo equipo de frenos que ofrece, con discos cerámicos de 397 mm y 380 mm, delante y detrás respectivamente, y pinzas de seis pistones en el eje delantero y de cuatro en el trasero. Y es que cuando tu coche es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos y alcanzar los 442 km/h de velocidad (teóricamente) máxima, cualquiera ayuda para detenerlo es poca.
