Madrid.- El año 2011 será recordado en el ámbito de la Fórmula Uno como el del dominio aplastante del alemán Sebastian Vettel y Red Bull, escudería que ganó ambos títulos y con la que el alemán se convirtió en el doble campeón mundial más joven de la historia.
Vettel, nacido en Heppenheim hace 24 años, arrasó durante una temporada en la que lideró el Mundial de principio a fin y durante la cuál siguió batiendo todas las plusmarcas de juventud, arrebatándole al español Fernando Alonso (Ferrari) -que la logró con 25- la de doble ganador más precoz de la historia.
Alonso se tuvo que conformar con una victoria -en Silverstone, Inglaterra-, cinco segundos puestos y otros cuatro podios, a bordo de un monoplaza cuyas prestaciones sólo sirvieron para que el doble campeón del mundo acabase cuarto en un campeonato poco rentable para su escudería, tercera entre los constructores.
Vettel también batió su propio récord de puntos en una misma temporada. Ganó con 392, 122 más que el inglés Jenson Button, segundo en el campeonato con McLaren, marca que ocupó la misma plaza en la clasificación por escuderías.
Button venció en Canadá, Hungría y Japón; y su compatriota y compañero Lewis Hamilton lo hizo en China, Alemania y Abu Dabi.
El resto fue todo para la escudería del magnate austriaco Dietrich Mateschitz. Un equipo que saborea las mieles del éxito gracias, en gran parte, a la labor del ingeniero inglés Adrian Newey, el diseñador estrella de la Fórmula Uno.
Newey, que hace años tuvo mucho que ver en los títulos logrados por el galo Alain Prost, el canadiense Jacques Villeneuve, los británicos Nigel Mansell y Damon Hill -en Williams- y el finlandés Mika Hakkinen -con McLaren- ideó el bólidio con el que Vettel venció once veces y con el que Red Bull «permitió» triunfar al australiano Mark Webber en el último Gran Premio del año, el de Brasil.
Vettel, que el año anterior no consumó su triunfo hasta la última carrera (en Abu Dabi), llegó a Brasil con un título asegurado matemáticamente cuatro pruebas antes, en el Gran Premio de Japón y en Sao Paulo batió el récord de ‘poles’ en una misma temporada que detentaba Mansell, que en 1992 -cuando ganó el Mundial- había arrancado catorce veces desde el primer puesto de la parrilla.
Vettel firmó en Sao Paulo su decimoquinta «pole» del año. En una temporada en la que todas, salvo la de Corea -para Hamilton-, se las anotó la escudería de la bebida energética.
En su oficioso equipo nodriza, Toro Rosso, Jaime Alguersuari, el otro español en el certamen, superó con claridad a su compañero suizo Sebastian Buemi. Fue dos veces séptimo, puntuó en siete carreras y sumó 26, once más que el helvético.
No le sirvió de mucho, porque el pasado miércoles la escudería de Faenza anunció que Alguersuari no seguirá la temporada que viene -tampoco el suizo-, en la que pilotarán para Toro Rosso el australiano Daniel Ricciardo y el francés Jean-Eric Vergne.
Toro Rosso estuvo a punto de superar a Sauber, equipo en el que destacó uno de los debutantes, el mexicano Sergio Pérez, que con 21 años tiene ante sí un futuro brillante. ‘Checo’, protagonista del susto del año con su accidente en la calificación de Mónaco, puntuó cinco veces y fue séptimo en Silverstone.
El venezolano Pastor Maldonado, que venía de ganar las Series GP2 el año anterior, también consiguió puntuar en su primera temporada en la categoría reina, con un Williams. Lo hizo en un circuito mítico, el de Spa-Francorchamps, en Bélgica.
La temporada se cerró con el anuncio de que el español Pedro de la Rosa -segundo en el GP de Hungría de 2006- volverá a ser piloto oficial el próximo curso, de HRT, la escudería española en F1. EFE arh nr
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