El poder logrado por la mujer en el mundo ha sido gracias al sacrificio, luchas, esfuerzos y trabajo tesonero; pero, estos sinsabores le han hecho merecedora de un lugar reconocido por los demás mortales de esta tierra.
Constituye un orgullo para su país, su pueblo y sus conciudadanos reconocer que las mujeres pasaron de ser simples amas de casas a convertirse en profesionales, ministras, juezas, funcionarias de renombres y hasta en su máxima expresión: mandatarias y jefas de sus naciones.
Sin embargo, todos estos triunfos y adelantos no han permitido librarla de ser víctima de la mano criminal de sus compañeros sentimentales, algunos de los cuales no toleran su decisión de terminar una relación y empezar una nueva vida.
Lamentablemente, esta situación se da a nivel mundial y la República Dominicana no escapa a esa realidad, pese a contar con destacadas damas en diferentes áreas del saber, no es menos cierto que durante el año 2011, más de 250 murieron a manos de sus ex o actuales parejas.
Lo más preocupante resulta que las mujeres, quizás cansadas de los maltratos recibidos y negligencias ante sus querellas han decidido tomar la justicia por sus manos, razón por la que unos 35 hombres fueron asesinados por sus concubinas el pasado año.
Ante un cuadro tan dramático, donde se hace latente la sentencia de que: “violencia genera violencia”, y no es con una con la que desaparece la otra, esperemos que dichos actos no se multipliquen al paso de los días en este nuevo año, en el cual deben desaparecer del acontecer nacional las desgarradoras imágenes de niñas y niños huérfanos por esta causa.