El Partido Revolucionario Dominicano es una organización política forrada de de acero, con unos principios, normas, estatutos y una historia que la hacen resistente ante cualquier intento por destruirla.
El poeta y dramaturgo británico, Oscar Wilde, en uno de sus escritos dice que “cuando los dioses nos quieren castigar, nos conceden lo que les pedimos”.
El partido de gobierno, rechazado por el electorado en más de un 75 por ciento, en su afán de mantener a la oposición dividida, es capaz de complacer a sus dirigentes en todo lo que le pidan.
En la JCE lo hizo a favor de Hipólito y hoy complace con puestos en las altas cortes a Miguel Vargas.
Los que apuestan a que en el seno del PRD llueva candela se quedarán con el moño hecho, porque a mi no me cabe la menor duda de que dentro de un ratito el candidato presidencial y el presidente del partido se pondrán de acuerdo y juntos mediante el dialogo abierto y sincero superarán el distanciamiento que la población observa.
Nadie cambia el deseo de cambio del pueblo y las bases del Partido Revolucionario Dominicano. El 2012 será un año de decisión popular. O cambiamos de gobierno y de rumbo, o seguimos como estamos.
Lo único que sabe hacer la militancia del PRD es laborantismo político. Los perredeistas son luchadores anónimos que se reúnen en sus locales zonales, pegan afiches y trabajan, trotan y como caballos de coche, con anteojera, caminan hacia el objetivo de alcanzar el poder.
Entonces, por qué tanto empeño y diligencias por distanciarse, porque ni siquiera los enemigos estratégicos del PRD han podido lograr en 73 años de existencia.
Como regalo de año nuevo las bases perredeístas desean unidad con abrazo, como símbolo de alimento institucional y fortaleza espiritual. Por que tanto afán de querer bailar la música que colocan sus enemigos.
El PRD ha demostrado en la práctica que es indestructible. Los hombres y las mujeres pasan, sus miembros se quejan, van y vienen, algunos son capaces de venderle su alma al diablo, pero el partido permanece de pie, como un pedestal de acero, inquebrantable, con su pebetero encendido.
Algún día la disciplina institucional habrá de enseñorearse en el partido más glorioso que ha producido la República Dominicana.
Aunque el PRD lleva todas la de ganar, un nuevo sol habrá de resplandecer en el firmamento de esa agrupación política.
Cada día se hace necesario forjar la conciencia en el seno del partido y crear un movimiento que le devuelva su mística institucional.
Esta es la hora perfecta para montar el “Gabinete de la Sombra”, de manera que los hombres y las mujeres del partido con experiencia de estado debatan, comparen y enfrenten a los funcionarios de turno en cada una de sus áreas.
Si el PRD quiere de nuevo volver al poder, cada quien tiene que aportar su granito de arena y ello implica sacrifico, esfuerzo y sobre todo, desprendimiento de cada uno de los miembros del partido del jacho prendío. Nosotros, en cambio estamos cumpliendo con nuestro rol.