Candidatos, planes de gobierno y encuestas

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Los candidatos presidenciales de los partidos de la Liberación Dominicana (PLD), y Revolucionario Dominicano (PRD), Danilo Medina e Hipólito Mejía, respectivamente, han decidido conseguir el favor del voto en la población relegando sus programas de gobierno para priorizar la percepción, o los efectos que generan las encuestas.
 
Como herramientas de campaña, tanto el aspirante del partido de gobierno, como el de la principal organización política de oposición utilizan los servicios de cinco reconocidas firmas encuestadoras: Gallup, CID Latinoamericana, Penn Schoen & Berland, Asisa Research Group y Centro Económico del Cibao.
 
Aunque las mediciones suelen dar un aproximado de la realidad, en la que se habla de un margen de errores concebido entre 2% y 3%, la historia ha demostrado que frecuentemente no coinciden en sus pronósticos. Un ejemplo de ello lo vivimos en diciembre del 2010, durante la lucha interna de los partidos por las candidaturas presidenciales.
 
Para entonces, la firma Gallup-Hoy posesionaba a Miguel Vargas Maldonado por encima de Hipólito Mejía en la contienda por la nominación para optar por la Presidencia de la República. El informe decía que el 44.2% de los perredeístas afirmaban que Vargas debía ser el candidato, mientras que en segundo lugar quedaba el ex presidente con un 30.2%.
 
Entonces, entre los encuestados que decían estar identificados con el PRD, el 52% prefería a Vargas Maldonado y el 40% a Mejía; sin embargo, Hipólito resultó victorioso en la convención con un 53.30% de los votos, frente a un 45.70% que sacó el presidente de la organización blanca.
Sólo algunas “decepciones”…
 
Lo mencionado es sólo un pequeño ejemplo de las “decepciones” que la población dominicana recibe de las encuestas que dan a conocer uno u otro candidato. Especialistas recomiendan ver los estudios como parte de los tantos mecanismos que se utilizan en la política, integrados en la estrategia de campaña, las cuales sólo se publican cuando es favorecido el aspirante que paga por éstos.
 
De las firmas encuestadoras mencionadas anteriormente, la Gallup, el Centro Económico del Cibao y la CID Latinoamericana han dicho que la delantera la lleva el exmandatario Hipólito Mejía; mientras que la Penn Schoen & Berland y Asisa indican que el oficialista Danilo Medina está por encima de su contrincante, ¿a quién le creemos?
 
En los últimos años, como forma de “curarse en salud” ante los frecuentes desaciertos en los pronósticos, la Gallup ha decidido clasificar por región la firma, por ello pueden leerse estudios de Gallup, Gallup Latinoamericana, Gallup Dominicana y Gallup-Hoy.
 
Últimas encuestas
 
La firma Penn, Schoen & Berland dio a conocer la noche de este lunes los resultados de una encuesta donde el candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana, Danilo Medina, obtuvo el 46% de las preferencias del electorado y otorga el 44% a Hipólito Mejía, postulante del Partido de la Revolucionario Dominicano.
 
La medición fue realizada desde el 12 al 18 del actual mes, entre un universo de mil personas, en todas las provincias del país, según datos ofrecidos por el representante de la firma en el país, Bernardo Vega, quien junto a Alicia Ortega, del Grupo SIN, patrocinador, los analizó. En el panel, transmitido por el canal de televisión Antena Latina, también participó la politóloga Rosario Espinal desde Estados Unidos.
 
Según el análisis, Medina aumentó siete puntos en la intención de voto, con respecto al último sondeo hecho por la misma encuestadora en mayo del pasado año.
 
En una encuesta anterior de este mismo mes, la firma Insight S.A, favorece también a Medina, con un margen de ventaja mayor ante Mejía: el 47.9 por ciento del electorado votaría por Danilo y el 41.8% lo haría por Hipólito.
 
Al ofrecer los datos en conferencia de prensa, llevada a cabo en el hotel Holiday Inn, la firma encuestadora asegura que en el inicio del año el escenario electoral de una primera vuelta, con la participación de todas las candidaturas, daría el triunfo al PLD, con una diferencia de 6.1 puntos sobre el PRD.
 
Señala, además, que Medina cuenta con el voto seguro del 39,4% del electorado, contra el 37,9% de Mejía. Asimismo, revela que Margarita Cedeño, Primera Dama de la República y candidata vicepresidencial del PLD es la líder nacional mejor valorada (67,54), seguida de Medina (50,91), que se sitúa por delante de Mejía (50,38).
 
Empero, resultados dados a conocer por CID Latinoamericana, seis días antes (18/01/2012), favorecían al candidato del PRD, al indicar que Hipólito Mejía ganaría en primera vuelta si las elecciones se hubieran llevado a cabo durante la segunda semana de enero.
 
Indicaba que el ex presidente obtendría el 50% de los votos a nivel nacional, comparado con el 42% que recibiría Danilo Medina. Añade que entre quienes muestran “mucha probabilidad de ir a votar”, la diferencia se amplía a doce puntos: (55% Mejía – 43% Medina).
 
El 21 de noviembre del 2011, Gallup publicó otra encuesta favoreciendo al candidato perredeísta, en la que exponía que si los comicios fueran en esos momentos, Mejía obtendría el 47.9% de los votos y el candidato del gobierno sacaría un 42.6 por ciento.
 
Explicaba que en relación con la encuesta Gallup-Hoy del mes de agosto de ese mismo año, el candidato del PLD, Danilo Medina, había subido 9.1%, al pasar de 33.4% a 42.6%; mientras que Hipólito Mejía, del PRD, se mantenía igual, en 47.9 por ciento.
 
Quienes tienen los pies sobre la tierra y no ven la política como dogma suelen comparar las encuestas con quien paga la cuenta en un lugar de diversión: le celebran todos los chistes. De esa forma, favorecen a quienes las ordenan.
 
La experiencia dice que la encuesta más acertada es el día en que los ciudadanos van y depositan el voto a favor de uno u otro candidato presidencial, que en este caso será el próximo 20 de mayo.
 
Los aspirantes presidenciales aseguran que ganarán las elecciones generales; pero, ninguno se ha dignado a exponer una propuesta de gobierno seria y responsable ante la población dominicana, la cual tiene en su cuño la posibilidad de vetarlos o llevarlos a ocupar la primera magistratura de la nación.