La estrategia del candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Hipólito Mejía, en la cual valora como muy positivo el trabajo institucional realizado por el presidente de la organización, Miguel Vargas Maldonado, echa un “balde de agua fría” a las diferencias que amenazaban con reeditar las divisiones internas que han mantenido los perredeístas a través de los años.
“Estas acciones se han venido desarrollando positivamente, en conjunto, en las últimas elecciones gremiales, así como en el trabajo que se realiza día a día ante la Junta Central Electoral y en la organización y montaje del proceso convencional para la selección de los candidatos a diputados del exterior”, expresó Mejía mediante nota emitida por su comando de campaña.
Las diplomáticas declaraciones de Mejía fueron precedidas por dos “proclamaciones de guerra” de varios grupos de diputados, uno que responde a los intereses políticos de Mejía y otro a Vargas Maldonado, lo que acentuaba las diferencias entre los líderes y que se había generado luego de la convención del 6 de marzo del 2011, ganada por el primero y no reconocida por el segundo.
Nueve diputados de la corriente de Mejía plantearon que Vargas Maldonado tomara una licencia en sus funciones y que se convocara al Comité Ejecutivo Nacional (CEN), para que otorgara plenos poderes al Comando Nacional de Campaña del candidato presidencial del PRD.
La propuesta tuvo como respuesta una declaratoria de 42 diputados de la tendencia de Vargas Maldonado, quienes advirtieron que ésta atentaría contra la institucionalidad partidaria.
Divisiones históricas
Desde su fundación en Cuba, el 21 de enero de 1939, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), ha estado marcado por una serie de “divisiones históricas”. La primera de ellas se produjo en 1973, con el rompimiento del profesor Juan Bosch (uno de sus fundadores), y José Francisco Peña Gómez. Para entonces, las pugnas se agudizaron tanto que Bosch terminó yéndose del PRD y fundando el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
La salida de Bosch del partido blanco motivó a Peña Gómez a crear dos eslóganes, que si bien han sido consignas conocidas y proclamadas por todos los perredeístas, no han evitado los aires de división en el partido del “jacho prendío”: “Sólo el PRD destruye al PRD. El PRD unido jamás será vencido”.
La segunda fracción dentro del PRD la encabezaron Salvador Jorge Blanco y Jacobo Majluta, lo cual permitió que el doctor Joaquín Balaguer volviera a gobernar durante diez años. El presidente Jorge Blanco terminó en la cárcel.
A esto siguieron las diferencias entre Majluta y Peña Gómez, que motivaron la fundación por éste último del Bloque Institucional Social Demócrata (BIS). Luego vinieron las diferencias entre Hipólito Mejía y Hatuey Decamps. La lucha entre esos dos bandos provocó la expulsión de Hatuey del PRD y el posterior fracaso del intento de reelección de Mejía, en el 2004, impulsado por el denominado Proyecto Presidencial de Hipólito (PPH).
En la actualidad existe una lucha interna entre los bandos de Mejía y Vargas Maldonado; pero, la experiencia de ambos dirigentes perredeístas evitaría una nueva división para juntos tratar que el PRD gane las elecciones presidenciales en mayo próximo.
A quienes conocen la historia combativa del PRD, vanguardia de las actividades más contundentes contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina y en la lucha por la democracia dominicana, les apena ver las fricciones que se están produciendo, como consecuencia de las apetencias de ciertos grupos.
Estrategia evitaría reeditar divisiones “históricas” PRD
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