Juguetes que aportan salud sexual a las parejas

Los artículos y tiendas eróticas son cada vez más comunes en la   República Dominicana; no sólo se trata de  simples objetos sexuales, se han convertido  en una tendencia que está aportando  cada vez más en la salud sexual de las parejas.
 
Más allá de las sensaciones placenteras que puedan generar entre los usuarios, los juguetes para adultos tienen aplicaciones concretas para la salud física y mental de las personas.
 
Tiempos  atrás  quienes pasaban  frente a una tienda de objetos sexuales ni siquiera se atrevían a voltear la mirada y mucho menos detenerse a ver lo que exhiben los aparadores. Sin embargo, hoy en día mujeres y hombres de diversas edades  y preferencias sexuales visitan estos tipos de negocios.
 
Artículos como los vibradores  han ayudado a que muchas mujeres conozcan y disfruten de su denominado “punto G”. Existen líneas de juguetes específicas diseñadas para aprender a localizar dichas zonas con facilidad.
 
En los denominados Sex Shop también se pueden encontrar, aceites para masajear la piel, distintos tipos de lubricaciones a base de agua y sus complementos con efectos: calor, frío, dilatador, sabores, entre otros.
 
Aunque los juguetes sexuales traen consigo muchos beneficios, es fundamental que los consumidores se fijen en la etiqueta de los productos para saber con qué tipo de materiales están hechos. Los  especialistas en el tema  sugieren que si estos poseen un olor a plástico fuerte, es mejor no adquirirlos.
 
En la actualidad, utilizar un juguete sexual ya no tiene por qué ser algo de que avergonzarse. Al contrario, el querer incluir uno en  la intimidad, podría indicar que se está abriendo más a su sexualidad y a la idea de conocer mejor su cuerpo.
 
En pareja, los juegos sexuales pueden ser una buena herramienta para redescubrir el placer y darle una nueva buena vida a la sensualidad, encontrando  nuevos efectos de goce. Lo ideal es utilizar la imaginación y tratar, en lo posible, de cumplir las fantasías más escondidas.
 
Historias
 
Los juegos sexuales se  remontan  a tiempos antiguos. Los primeros datan de hace más de dos mil 500 años, ya que antiguas civilizaciones como la griega, romana, china y egipcia crearon diversos objetos  de esta índole.
 
Los consoladores se remontan al  siglo XVI, aunque los primeros fueron hechos en la antigua Grecia y recibían el nombre de «olisbos». Eran objetos de madera con forma fálica, que se lubricaban con aceite de oliva y eran utilizados por las mujeres de aquella época.
 
Posteriormente, el aceite de oliva fue utilizado como anticonceptivo y así se conoció como lubricante. Muchas otras sustancias oleaginosas vegetales fueron utilizadas para lo mismo.
 
En el famoso manual hindú de sexo, Kama Sutra, se menciona la utilización de extensiones para el pene elaborados con diferentes materiales como madera, piel o metal. Dichas dilataciones eran puestas sobre el pene para incrementar su tamaño. Se calcula que esto fue aproximadamente en el año 300 A.C.
 
Mientras que de los vibradores se dice que en 1890 se desató en el mundo occidental una histeria colectiva en las mujeres. Algunos de los síntomas de dicha alteración fueron ansiedad, irritabilidad, fantasías sexuales al por mayor y lubricación vaginal en exceso, producto, quizás, de una frustración sexual.
 
Los doctores de la época, para remediar el malestar aplicaban un masaje al clítoris, que pocos años después se perfeccionó gracias al invento de Joseph Mortimer Granville, el vibrador electromecánico, que con los años se fue perfeccionando hasta lo que conocemos hoy en día.
 
Como podemos observar, los juguetes sexuales son tan antiguos como la humanidad misma y  ofrecen una excelente manera de aprender, descubriendo nuevas sensaciones. Después de todo, el sexo es algo  saludable, que se debe disfrutar.

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