“Yo creo que todo ser humano es educable”

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

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Con gran sentido de responsabilidad y una actitud de mujer batalladora, María Teresa Cabrera se presentó a la hora acordada para participar en el programa Qué pasa Hoy, que trasmite este multimedios Dominicanoshoy.com, a través de sus servicios radiales y televisivos, a fin de analizar la situación actual del sistema educativo en la República Dominicana.
 
Cabrera, quien es además destacada dirigente social, con una larga trayectoria como maestra y ex presidenta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), desde muy temprano se integró a los movimientos juveniles y culturales que luchan por el respeto a los derechos humanos, la justicia social y la soberanía del país.
 
Su carisma, compañerismo, vocación de servicio, entrega y, sobre todo, su honestidad, la convirtieron en una dirigente gremial y una referencia obligada en temas educativos.
 
-Maestra, ¿cómo evalúa el año 2011 en término educativo?
 
“Durante el 2011 la lucha por la educación constituyó un hecho trascendental, debido a que el pueblo dominicano se articuló y decidió levantar su voz y puso en relieve un nivel de empoderamiento con relación al derecho de 4% del Producto Interno Bruto (PIB).
 
“El reclamo de este derecho es la garantía de una educación para todos, que es lo mismo que luchar por el combate a la pobreza, contra las grandes iniquidades sociales, la violencia, delincuencia, la construcción de una sociedad equitativa y el rescate de los valores patrios de nuestra identidad”, agregó la educadora.
 
-¿Cuánto significa el 4% para la educación dominicana?
 
“Lo primero es que el 4% no es la aspiración última, porque no es suficiente. El sistema educativo nuestro tiene mucha carencia; por lo tanto, esa cantidad la estamos reivindicando, pues hace 14 años, en el 1997, se estableció por Ley que se destinará dicha suma a la educación pre universitaria”.
 
La dirigente gremial recuerda que en aquel momento se hizo un diagnóstico, donde la pobre inversión en educación fue uno de los grandes problemas encontrados, sin embargo, no se aplicó. Ahora lo mínimo que ha planteado la UNESCO es un 6% y 8% del PIB. En la región tenemos países invirtiendo un 8 % como Nicaragua y Argentina; 5%, Brasil; 6%, Costa Rica.
 
“Lo único que podemos hacer con el 4% es superar la situación de hacinamiento en que muchas niñas y niños participan en el proceso educativo, ya que hay aulas con 60, 70 y 80 alumnos, pese a que fueron pensadas para 35, alrededor de 12 mil deben ser sustituidas o rehabilitadas. La mayoría son locales prestados que no fueron pensados para un salón de clase. Además, hay viviendas y espacios improvisados, ya que no hay otra posibilidad en aquellas comunidades”.
 
Por otro lado, María Teresa Cabrera aclara que el 4% servirá para construir nuevas aulas que permitan incluir a esa población que está fuera del derecho de la educación. Contamos con el 100% de los hijos de familias pobres, de 3 y 4 años, excluidos.
 
“En la escuelas públicas no se aceptan niñas y niños de 3 y 4 años, solo de 5; pero, el 25% de estos infantes, que por obligación deberían estar en un centro educativo, no están. Lo mismo sucede con el 11 % de los menores entre 6 y 11 años y con el 50% de los jóvenes entre 14 y 18 años en la educación media”.
 
Plantea la ex presidenta de la ADP que resolver esa situación es un factor urgente, que no puede concretarse si no hay inversión. Al igual que lo referente a los maestros, en término de garantizar su formación permanente.
 
“Si queremos una educación integral como la que está planteada en la Ley 66-97, y en el currículum dominicano, es necesaria también una jornada más extendida en el tiempo, con mayor número de pedagogos, quienes no pueden seguir siendo trabajadores indigentes”.
 
-¿Qué tanto beneficia el horario extendido al sistema educativo dominicano?
 
“Si está acompañado de estrategia y condiciones que incidan en el logro de la calidad, porque dos horas mal dadas, sin perspectivas claras son tan malas como cuatro o seis sin resultados”.
La entrevistada aclara que deben crearse las condiciones: “Se supone que los estudiantes tengan la garantía de un desayuno, buen almuerzo y posibilidades de otras áreas humanísticas”.
 
– Se debe tener algo muy especial en el pecho para ejercer el magisterio. Para usted, ¿dónde está el mayor problema, en los educandos o los maestros?
 
“Intervienen muchos factores que son indispensables. Por ejemplo, yo creo que todo ser humano es educable. Pienso que el rol del maestro es insustituible, un factor clave. Un maestro bien formado, comprometido, que disfruta lo que hace, siente pasión por enseñar y aprende al mismo tiempo, es un avance para la educación.
 
“En un artículo José Saramago decía: ¨los maestros y maestras son los verdaderos héroes de nuestro tiempos¨ y la verdad que hoy se ejerce el magisterio en condiciones muy dramáticas, cuando también estamos afectados por la politiquería y hay que poner atención sobre eso, pues divide a los maestros en bandos, a tal grado, que no conversan, ni se saludan y en un ambiente así, ¿cómo se genera un aprendizaje?”.
 
-¿Considera que en República Dominicana se valora la labor del maestro?
 
“Ese es uno de los grandes desafíos que tenemos. Existe la necesidad de valorizar la profesión docente. No es posible que las condiciones en que se ejerce el oficio se haya convertido en un espanta talento. Hay que definir políticas públicas que garanticen un salario digno, necesidades básicas y un buen retiro para levantar la carrera docente”.
 
En relación con la infraestructura existente en el sistema educativo y los estudios antisísmicos, María Teresa Cabrera entiende que muchos planteles no cumplen con los parámetros de construcción, y por eso se agrietan: “Debemos exigirles a las autoridades que apliquen las recomendaciones necesarias en este sentido y el Ministerio de Educación debe orientar a los alumnos cómo actuar ante la ocurrencia de los temblores de tierra”.
 
-¿Qué ocurre con la educación dominicana, que estamos tan mal parados en los exámenes internacionales?
 
“La escuela debe enseñar a los estudiantes a pensar, debatir, analizar, construir y a definir la sociedad en la cual queremos vivir. Desde el 1992, cuando se elaboró el Plan Decenal de Educación, hubo un diagnóstico que indicó cuán mal estábamos. Estudios posteriores corroboran esto y las autoridades educativas no han hecho nada para aplicar programas que ayuden a levantar la imagen, tanto a nivel nacional, como internacional”.