Recientemente un grupo de dirigentes comunitarios del barrio Capotillo me narraron que el consumo de heroína en ese sector es alarmante.
Según este testimonio, por las calles laterales del hospital doctor Moscoso Puello se observan a jóvenes, adultos, y lo que es peor, ciclistas, tirados en el suelo inyectándose y listos para participar en las competencias.
Estos dirigentes, asumiendo su papel, se presentan de manera sorpresiva por el lugar a sacar de la zona a los adictos a la heroína.
En una de esas jornadas de vigilancia los lideres comunitarios reunieron en un día más de 20 jeringas tiradas en los contenes.
Lo que llama la atención es la presencia de los ciclistas, jóvenes de familias adineradas, y adultos de otros barrios.
Cuando la venta y el consumo de heroína llega a los barrios marginados se le debe poner una atención especial porque esta es una de las drogas de un alto precio que produce una dependencia crónica y cuando los adictos no las tienen buscan dinero donde sea, son violentos y realizan asesinatos espeluznantes.
Se recuerda que el año pasado la Dirección Central Anti-narcóticos (DICAN) de la policía apresó a un niño de 11 años con 16 gramos de heroína en el barrio Capotillo, y en dos ocasiones más con porciones de cocaína.
Este decomiso evidenció la presencia de la heroína en ese lugar. Lo peor de todo es que un niño opera un punto de dos drogas fuertes: heroína y cocaína.
Los dirigentes de las organizaciones comunitarias de Capotillo combaten la venta y el consumo de heroína que se vende como pan caliente desde la calle General Sucre, por los alrededores de la fiscalía barrial y en el perímetro del hospital Moscoso Puello.
La Federación Dominicana de ciclismo Amateur está en el deber de investigar quienes son los ciclistas que usan heroína y si pertenecen a un club o forman parte de la Selección Nacional. Solamente así se puede despejar cualquier duda que empañe la imagen de la entidad porque personas en bicicletas de carreras, con sus cascos protectores, y equipos para competir acuden a buscar la cura en los alrededores del hospital Moscoso Puello.
Se necesita un esfuerzo conjunto para impedir que niños se dediquen a vender heroína en el mercado de consumidores que existe en el país.
Que Dios proteja a la juventud porque la adicción a la heroína es letal.
Ciclistas consumen heroína en Capotillo
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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