La transparencia, el despilfarro, la corrupción, el narcotráfico, la rendición de cuentas, la inseguridad ciudadana y todo lo que tenga que ver con el futuro de la vida institucional del país debe ser tema de la agenda de los que quieren gobernar la nación.
No me entretengan con jakeo a correo de funcionarios y con el tema de que si la primera dama es pobre o rica. No señor, después del 16 de agosto el país va a continuar y los nuevos administradores de la cosa pública tendrán que cumplir con una orden que le impondrá la sociedad.
Aprovechemos lo que resta del actual proceso electoral para debatir y compartir con el electorado las propuestas y los proyectos que tiene en carpeta cada candidato.
La sociedad civil y las propias bases de los partidos políticos deben pedir a viva voz el debate sobre los temas que conciernen tanto, a los partidos que tercian en el actual torneo electoral, como a la nación misma. Unos y otros debemos provocar la confrontación.
La sociedad no puede seguir impotente, soportando ver en los puestos públicos cada cuatro años, el relevo de un corrupto por otro.
A esto hay que ponerle un tente ahí, porque no es verdad que la nación debe seguir dándose el lujo de tener tantos perversos de modelos.
Muchos estamos llegando a la conclusión de que la población tiene mejor valoración de un rico ladrón que un de un pobre honesto, porque desde la esfera del poder no se está predicando con el ejemplo.
Abajo y arriba el corrupto y el delincuente encuentran padrinos que los premian y protegen.
No es tomando el rábano por las hojas. No es con chisme de fritureras de mercados como se debaten las ideas y los grades temas nacionales, sino a la luz pública, con reflexión y altura.
Cómo ha de sentirse un oficial o alistado de la guardia y la policía que cuida las espaldas y la familia de funcionarios públicos que son sindicados por todos como indelicados.
Si en verdad se quiere erradicar los males que corroen nuestra nación, esa lucha debemos iniciarla en los foros abiertos, en el seno de las entidades políticas y en las instancias gubernamentales.
El estado dominicano no debe seguir siendo usado de botín, donde cualquier patán descerebrado, sin formación ninguna se mete a político para asaltarlo.
La sociedad dominicana hay que adecentarla de los chupópteros y políticos malandrines.
En ese sentido el que esté libre de pecado que se defienda, pero que lo haga con la debida altura, de manera que no quede expuesto ante la mofa pública, porque República Dominicana no puede seguir siendo un pedazo de isla rodeado de corruptos y delincuentes por todas partes.
Vamos al debate
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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