En la tasa de ocupación de la población económicamente activa en República Dominicana, las mujeres están por debajo de los hombres, según datos del Banco Central.
Se suman a estos datos que los niveles de no empleo femenino están ubicados entre el 45% y el 50%. Las mujeres son propietarias del 50% de las microempresas pero sólo lo son del 4% de las pequeñas y medianas.
Otras estadísticas marcan que en el país, la exposición a la pobreza de las mujeres es 1,25 más alta que la de los hombres, aun cuando los hogares encabezados por madres solteras, alcanzan un 51% por debajo de la línea de pobreza, frente a un 32% de los hombres.
Si bien en 2010 “hubo una leve reducción en la brecha de género, producto de una inserción mayor de mujeres que de hombres al mercado laboral en ese año”, se conoce a través de dichas investigaciones que la diferencia se acentúa en la zona rural, donde solo dos de cada diez mujeres están ocupadas, mientras que en la zona urbana del país la brecha entre hombres y mujeres se redujo de 26% a 22% en el período 2009 a 2010”.
De manera que la desigualdad de género se acentúa, sobre todo, en este sector tan vital que es el mercado de trabajo, donde las féminas enfrentan mayores dificultades para insertarse y permanecer en él. La pregunta sigue siendo: ¿hasta cuándo cifras y datos marcarán un desnivel que por sí solo ya habla de injusticia?