En la República Dominicana se ha convertido en un problema incontrolable el uso de las sustancias prohibidas entre la población de escasos niveles educativos y con pocos recursos económicos, lo que viene a agravarse cuando se conoce que estas personas son las más vulnerables para contraer el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida).
Un estudio dado a conocer recientemente por el Consejo Presidencial del SIDA (Copresida), afirma que los usuarios de drogas constituyen el 8% de los ciudadanos con mayor proclividad de adquirir el virus que hasta la fecha no tiene cura.
Según la investigación, los estupefacientes más utilizados son: marihuana, crack, cocaína y en menor proporción la heroína y metafina, que afecta con fuerzas al género masculino consumidor de alcohol, de baja escolaridad y economía limitada.
Los principales desafíos de los usuarios de drogas vinculados al servicio de rehabilitación o prevención del VIH, tal y como establece la investigación, son: el estigma social, la falta de apoyo familiar y comunitario, la depresión, ansiedad y la limitación de recursos económicos para adquirir los retrovirales.
Aparentemente, los esfuerzos de las autoridades en el tema no han sido lo suficientemente agresivos y esto refleja que la inversión en la educación debe ser la adecuada, para que en el futuro la nación tenga personas sanas, libres de esta mortal enfermedad.
