(Sexta parte)
Vemos al hombre en el misterio indescifrable en esta tierra antillana rindiendo culto a Lisandro, quien fue el iniciador de introducir el dinero en Esparta y por consiguiente corrompió la augusta ciudadela de las buenas costumbres tan sobrias y moderadas. Pronto surgió en ella la enfermedad de la codicia acompañada de perversidades delictivas.
Es normal ver al hombre tras el hombre, en la única cacería asesina al que tiene varios caracteres comunes: la especie humana. Esta degeneración es tan grave, que hasta el dinero mal habido confiere honor. ¡Vaya con ese honor!. Sentimos sumamente pesada la larga cadena que arrastra y amarra el bienestar robado a los dominicanos.
No dejamos de cavilar, algo nos cuestiona, inquieta la memoria, se presenta el momento de una equivocación. Fue cuando concebí que el asesinato de Trujillo, sería el comienzo del rumbo hacia la tranquilidad ciudadana, la prosperidad llegaría a todos con la honesta administración de los bienes que él poseía. Sucedió lo contrario, unos pocos se aprovecharon y hemos perdido hasta poder caminar, dormir tranquilo y por todos los rincones patrios se escuchan los reclamos justos por el aumento de los males sociales.
Las neuronas al acecho nos recuerdan la lectura de Jerjes I Rey Persa, que escuchaba primero al esclavo, después de unos minutos a sus ministros, él sabía que estos eran leales por los beneficios que recibían, mientras que el esclavo no tenía nada que perder expresando la verdad.
El presidente Joaquín Balaguer en distintos actos públicos, al oír voces reclamando, llamaba al micrófono para escuchar. En la inauguración de una presa, se vocean reclamos de que no habían pagado la tierra ocupada. Balaguer llamó al reclamante y le dijo: diga por el micrófono lo que le sucede. El campesino explicó: señor esta tierra es mía, aquí tengo el titulo de esta propiedad que ocuparon para esta presa, he ido varias veces y no me hacen caso. Balaguer le pregunta: ¿dónde usted ha ido?. El campesino le contesta: señor donde el señor que está sentado a su lado, él me hace dar viajes y “nainita” de pagarme. Balaguer: vaya mañana a mi despacho, le van a entregar un cheque por el valor de esta tierra. Vimos en la prensa al campesino en el Palacio Nacional recibiendo el cheque. Fueron varios casos que el pueblo presenció por la televisión al presidente Balaguer escuchando y cumpliendo los reclamos.
Hay que reclamar, exigir, ante los misterios del hombre perverso ejerciendo la hipocresía, se presentan amante de la moral y honestidad. Esa son las virtudes más ausentes en la política dominicana. Es evidente el hombre no ama lo que es bueno, lo desprecia, se aferra por lo que es malo, inhumano, dañino. Ese es uno de los males más comunes del hombre, el mismo se hace daño. Hasta Jesús no pudo hacerlo cambiar.
Nuestra vida es de meditabundo por no comprender el porqué el hombre no se acepta como hermano, todos somos hijo del amor de Dios. Sabemos que por necesidad intrínseca de vida nos necesitamos el uno al otro.
Nuestro invitado de hoy. Miguel Cervantes: “me moriré de viejo y no acabaré de comprender al animal bípedo que llaman hombre, cada individuo es una variedad en su especie”.
El autor es vicealmirante retirado de la Marina de Guerra.
Meditabundo. ¿Comprendemos al hombre?
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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