Este lunes los munícipes de San Lorenzo de Guayubín, Montecristi, celebraron con júbilo el sueño añorado de designar con el nombre de la insigne educadora Aurora Tavárez Belliard a la escuela básica de la localidad.
Tavárez Belliard es de esas paradigmáticas dominicanas, cuya pedagogía marcó a las anteriores y actuales generaciones de profesores y alumnos. Nacida en Guayubín, en el año 1894, falleció el 31 de enero de 1972, en la ciudad de Moca, provincia Espaillat, luego de haber ejercido el magisterio en su pueblo natal y en otros sitios, donde trascendieron su escritura y grandes aportes a la educación inicial y primaria de la nación.
Durante el acto de nombramiento y tras develar el retrato de la educadora, el viceministro de Educación y nativo de la comunidad, Luis de León, acompañado de una amplia delegación de profesores de los distintos municipios y ciudades donde Tavárez Belliard sirvió al magisterio nacional, expresó: “como educadora promovió un liderazgo que debe tener el maestro para coadyuvar al desarrollo de los procesos económicos, políticos y sociales del país”.
De León ponderó a la maestra: “visionaria, defensora de los derechos de la mujer y pionera del movimiento feminista. El Ministerio de Educación aprobó que llevara su nombre la escuela básica de Guayubín, así como está previsto que el calendario escolar del mes de mayo se denomine de igual manera y próximamente, serán publicadas las obras escritas por la también llamada por todos “la seño”, nuestra Aurora Tavárez Belliard.
Alumnos del centro educativo pronunciaron poemas, textos escritos por la maestra y otros ensayos testimoniales, como el escrito por el ministro de Cultura, Rafael Lantigua sobre la vida y obra de la extraordinaria educadora.
De su lado, Luis Manuel Jiménez, director de la Plaza de la Cultura en Guayubín y defensor a ultranza de la historia local, manifestó que para logar la designación de la escuela básica Aurora Tavárez Belliard, las organizaciones sociales, culturales y la población pasaron por un viacrucis de cinco años; pero, finalmente, la ministra de Educación, Josefina Pimentel, había atendido el clamor de los guayubineses.
Por su parte, Ligia Belliard, sobrina y seguidora de las doctrinas de su pariente, recordó que la vivienda de la educadora era siempre un punto de encuentro de todas las personas que tenían inquietudes para adquirir conocimientos: “fue una mujer de muchas luces, ya que no había individuos que no asimilara el plan de estudio de su formación académica”.
El acto de nombramiento concluyó con el criterio común de haberse hecho justicia a quien fundó colegios como: Sagrado Corazón de Jesús y Porfirio Morales y recibió, entre otros reconocimientos: Medalla al Mérito Escolar; Orden de Duarte, Sánchez y Mella en el Grado de Gran Cruz, Placa de Plata; Homenaje de la Sociedad Pro- cultura de Santo Domingo y del Ateneo de Moca; así como el Congreso Nacional dispuso en 1978, que una calle del municipio mocano llevara su nombre.
Belliard se destacó, además, como escritora didáctica. Sus obras más conocidas estuvieron orientadas a la enseñanza de niños y adolescentes, entre las cuales se conocen: «Cartilla Silabario», «Rayito de Sol», «Niño Dominicano», «Patria Mía», «Historia Patria», «Lengua Materna», «Moral y Cívica», entre otras.
