Madrid.- Rusia, semifinalista de la Eurocopa hace cuatro años, dio este viernes un auténtico repaso de fútbol a la República Checa (4-1) en un partido de guante blanco en el que los checos pudieron llevarse un saco de goles.
Con este resultado, los rusos lideran el Grupo A con 3 puntos, por uno de polacos y griegos, que empataron en el partido inaugural (1-1), y cero de los checos.
El partido fue un monólogo de los rusos, que dispusieron de ocasiones de todas las clases, ante un equipo checo que recuerda poco al que alcanzara la final de la Eurocopa en 1996.
Como anécdota, el árbitro inglés, Howard Webb, que dirigió la final del pasado Mundial ganado por España, en la que fue muy criticado, no sacó ni una sola tarjeta.
El «sargento» holandés, Dick Advocaat, apostó por un 4-3-3 con Zhirkov como falso lateral izquierdo y una troika de delanteros formada por Dzagóev, Arshavin y Kerzhakov.
Mientras, el seleccionador checo le cedió la titularidad a Milan Baros, duda durante los últimos días, pero éste lo justificó la confianza de su entrenador, ya que el exdelantero del Liverpool estuvo desaparecido en combate todo el partido.