Timothy Bradley Jr. no ganó y Manny Pacquiao no perdió. Pero ante una pésima cartelera como la del sábado, la aterradora puntuación de los dos jueces que vieron vencer a Bradley parece ser lo único importante para comentar. Lamentable, pero cierto.
Si el resultado de la batalla principal hubiera respondido a la lógica, tampoco estaríamos felices. No hay que engañarse con lo fuerte o veloz que haya lucido el filipino. Se sabía de antemano que ante un adversario sin pegada como Bradley luciría bien. Era la crónica anunciada de una victoria tranquila, por eso la sorpresa con el absurdo resultado.
Pero de aquél Pacman Pacquiao dominante de sus grandes batallas a este que golpea pero no lastima, hay una distancia sideral. Manny es una sombra de lo que fue y la imagen que proyecta es de estar contando los días antes de su retiro. Lo de Bradley, es circunstancial. Apenas heredó un cinturón y un nombre en la estadística gracias a las dos únicas personas del universo que le vieron ganar, los jueces Duane Ford y C.J. Ross.
Pero si vamos más allá del resultado irreal, lo ocurrido este sábado en el MGM de Las Vegas puede servir para comenzar a poner la casa en orden.
Con Floyd Mayweather Jr. preso y Pacquiao sin ganas de seguir, llegó la hora de voltear la mirada hacia otro escenario. Hay una generación de buenos boxeadores pidiendo a gritos su oportunidad. Les llegó su hora.
Al filipino se le terminó la gasolina y como lo vaticiné en una crónica anterior, es posible que lo veamos en una cuarta batalla contra Juan Manuel Márquez en la despedida de ambos.
La derrota de Pacquiao le hace bien al boxeo, porque este deporte no se puede circunscribir a dos o tres pugilistas taquilleros. Un círculo vicioso en el que, periodistas y fanáticos, habíamos caído sin ánimo de rebelarnos. Hay vida más allá de los Mayweather o los Pacquiao.
Pero también esa derrota fue necesaria para que de una vez por todas se tomen medidas serias contra las absurdas puntuaciones. Porque no ha sido la primera vez que los jueces cometen esa clase de desaguisado. Es hora de que el boxeo actual se refunde e inicie una nueva era. Así sea sobre los cadáveres de los campeones del PPV.
La cartelera de este sábado es verdad que no dejó nada. Pero, tal vez, con el correr del tiempo lleguemos a la conclusión de que le dio mucho al futuro del boxeo. Por eso lo del título.