Estrasburgo (Francia).- El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado este jueves una resolución que pide que las mujeres con implantes mamarios tengan un pasaporte que permita controlar estos productos para evitar otro escándalo como el de las prótesis defectuosas de la empresa francesa PIP.
En ese pasaporte, que deberá estar firmado por el cirujano y tener copia en el hospital de la intervención, se especificarán las características del implante, los posibles efectos secundarios y una advertencia sobre los potenciales riesgos para la salud y las medidas de seguimiento y atención postoperatorias.
Los eurodiputados, que han aprobado la resolución por amplia mayoría, piden que sea la Comisión Europea la que tome la iniciativa a la hora de regular en Europa el asunto y de paso revise la directiva de productos sanitarios peligrosos.
Esa revisión debería ir en la línea de «examinar la necesidad de una solicitud de comercialización para los productos peligrosos, que cumplan todos los requisitos (…) y así se eviten nuevos fraudes», dice el texto.
Igualmente, piden que se incluya la posibilidad de realizar inspecciones sin previo aviso y una mayor trazabilidad de los productos autorizados.
Las inspecciones se deberían llevar a cabo, según el PE, por organismos acreditados con personal de probada experiencia y dedicación a tiempo completo.
Los eurodiputados piden asimismo que los países «intensifiquen la sensibilización sobre los riesgos potenciales de la cirugía estética».
Además, los organismos nacionales notificados deberían «incrementar la vigilancia del mercado por parte de las autoridades nacionales y el intercambio de información entre estas para supervisar los efectos secundarios de los productos sanitarios y su retirada del mercado» cuando sea necesario.
Para los eurodiputados, el «fraude» de las prótesis PIP «aporta una prueba más de la necesidad de un sistema de recurso colectivo destinado a ayudar a los consumidores y pacientes a obtener una compensación».
