Las enfermedades o trastornos somatoformes (conjunto de síntomas y molestias en el organismo que no se deben a ninguna causa específica ni orgánica), se han convertido en un mal cada vez más común en la población dominicana, por lo que un número considerable de pacientes acude a las emergencias de los hospitales con cualquier dolencia propia de ese padecimiento.
Aunque la persona atribuye sus malestares a una condición física, sus dificultades tienen un componente psicológico del cual el paciente muchas veces no es consciente, por lo que empieza a somatizar.
Muchas de esas enfermedades son reforzadas por cuadros de nerviosismos, de ansiedad, por la muerte de un familiar, miedo a perder el trabajo, la pareja y otros factores no controlables de la vida.
En tal sentido, al Hospital Luis Eduardo Aybar (Morgan), llegan aproximadamente 10 pacientes a diario con ataque de histeria, el cuerpo adormecido, simulando un derrame cerebral, así también con dificultades para respirar y un nudo en la garganta o un peso en la espalda.
Mientras que la emergencia del Hospital Marcelino Vélez recibe un promedio de 15 pacientes por esta misma causa, lo cual después de una tediosa consulta y pruebas de análisis determinan que todo es producto de un conflicto psicológico.
Sin embargo, al médico internista del Morgan, Fausto Hiraldo Zabala, le resulta fácil identificar a una persona somatizada, es decir, aquella que convierte un problema psicológico en una enfermedad física, pues tan solo con observar cómo luce, quién lo trae y por qué viene puede determinar si realmente su sufrimiento obedece a factores orgánicos o psicológicos.
“He recibido pacientes que son traídos por seis personas y con un aparataje que llama la atención, simulan un paro cardíaco, derrame cerebral; otros dicen tener el cuerpo entumecido, o se inventan enfermedades y síntomas que resultan ilógicos. Pues tan pronto se le inyecta un poco de suero, advirtiéndole que es lo máximo para calmar su achaque, se sanan milagrosamente. Por lo que son referidos con mucha delicadeza al departamento de psicología”, comenta Zabala.
En función de ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en una reunión celebrada en Rusia, en la que se dieron cita todos los ministros de salud, recomendó la presencia de personas con capacidades psíquicas y poder de sugestión superior a lo común para tratar estos tipos de enfermos y evitar gastos, medicamentos y análisis innecesarios.
Breve reseña
Aunque las enfermedades somatoformes tienen sus orígenes muchos siglos atrás, todavía los síntomas físicos, su gravedad o duración no pueden ser explicadas por ninguna causa orgánica subyacente.
Además, los pacientes con trastornos somatoformes pueden ser muy diferentes entre sí, debido a que no se sabe bien por qué o cómo la gente desarrolla su sintomatología. No hay modelo de tratamientos específicos y consensuados.
Estudios realizados en países como Estados Unidos y Gran Bretaña indican que estos pacientes se convierten en hiperfrecuentadores, por lo que suponen el 10% del gasto sanitario total de un país desarrollado. Sobre todo por el impacto en el tiempo de dedicación de los profesionales y las pruebas complementarias.
Es preciso aclarar la diferencia de los tratarnos somatoformes y los considerados trastornos psicosomáticos, aunque en ambos el desencadenante es psicológico, en el psicosomático existe un daño en el sistema fisiológico correspondiente, como úlcera de estomago. En el otro, no se desprende una patología orgánica demostrable.
Las enfermedades somotoformes en cierto modo disminuyen la producción y el progreso de quien la padece y aunque no existe un tratamiento concreto, habrá que idear algún tipo de terapias especiales para esa gran parte de la sociedad. O cambiar muchos estilos de vida, a fin de que los seres humanos sean más felices y logren una mejor salud mental. Mientras más cosas que no se pueden manejar existan, más desdichadas son las personas.
Enfermedades somatoformes conllevan altos gastos
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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