“Lo que fue está en lo que es”, dijo el Maestro y un día como este, 14 de junio, el pueblo dominicano conmemora el cincuenta y tres aniversario de esa gesta histórica que marcó- como se ha repetido con justicia-”un antes y un después en el régimen de Rafael Leónidas Trujillo”-.
Y cuando se habla de valor, hay que aquilatar hasta lo inexpresable la manera en que aquellos patriotas dominicanos y de varios países desembarcaron, o intentaron desembarcar, empeñados en enfrentar “el culto a la barbarie: crímenes, asesinatos, torturas, represiones, masacres indiscriminadas” que caracterizaron la dictadura de Trujillo.
Todavía hoy, a más de cincuenta años, la brisa transporta avergonzada los quejidos moribundos de los héroes del 14 de Junio, que en las salas de torturas de la 40, dejaron el último de sus alientos. Todavía, en sitios desconocidos de las tierras de Constanza, Maimón y Estero Hondo, yacen restos de quienes no pudieron recibir cristiana sepultura; por no hablar de las aguas de ese mar inmenso que rodea esta isla y cuyas mareas abrazaron los cuerpos maltrechos de muchos revolucionarios.
Fue en tributo a esos gestos de encomiable valor y heroísmo que el Movimiento insurreccional interno adoptó la fecha del 14 de Junio como nombre propio y que en estos días, que parecen lejanos y muy cerca al mismo tiempo, todas las generaciones deben marcar en sus almanaques, y dedicar ese pensamiento de amor y agradecimiento que impide el olvido de aquellos inolvidables héroes.
Inolvidables héroes
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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